¿Milei no está entendiendo el momento político?


Este “buen hombre” entró en pánico al ver al presidente de EEUU humillar a Zelenski.

Este bochornoso papel -se preguntó- ¿deberé pasarlo?

Pero más allá de especulaciones de muy poca rigurosidad, en el sistema capitalista -aunque no les guste escuchar a los burlones amarillistas de los medios- es la crisis capitalista lo que hace difícil entender el momento político y no al revés. Black Rock compra puertos en Panamá, EEUU y sus fondos de inversión comprarán Nord Stream para administrar el gasoducto ruso y estos mismos fondos disputan las tierras raras de Ucrania. Mientras, tanto Europa tiene un plan de rearme y hará jugosos negocios con la industria armamentística instalada en EEUU y otros países. Los pueblos europeos seguirán pagando la fiesta que vienen pagando desde hace más de una década.

La burguesía monopolista intenta correr el centro de escena, es más fácil hablar de las consecuencias -como, por ejemplo, la guerra- que hablar de las causas que las generan.

Hablar hoy de una “nueva geopolítica” es darles una ventaja ideológica a las clases dominantes. La lucha por ganar mercados, por frenar la caída de la tasa de ganancia, la crisis de superproducción, la necesidad de la concentración política, etc. son los verdaderos fenómenos que mueven el tablero internacional. Trump en el discurso de ayer dijo sin decirlo que la lucha de clases previa a este mandato condicionó a EEUU, varias referencias apuntaron a la problemática interna. La clase dominante en nuestro país está “olfateando” lo que Trump advierte. No es “nueva geopolítica” es lucha de clases.

La necesidad de adquirir capital se ha transformado en un verdadero dolor de cabeza y “nuestro” presidente lo está entendiendo. Detrás de un mundo convulsionado las agachadas del gobierno “no pinchan ni cortan”. La puja interimperialista está en guerra por Nord Stream 2, por los negociados de la reconstrucción de Ucrania y Palestina, por la aplicación de los aranceles. ¿Es este gobierno el centro del mundo civilizado?

Decididamente ¡NO!

El discurso de Milei en el parlamento fue una “mezcla rara” de mentiras y de “fabricar” tiempo. Sabe que su suerte está ligada a los vaivenes de las disputas imperialistas y tuvo que votar por Rusia en la ONU en contra de su “amigo” ucraniano. Fue una primera llegada de carácter internacional para mostrar su obsecuencia a las pretensiones de fondos de inversión como Black Rock o del propio Elon Musk en el nuevo tablero internacional que desde el 2008 no deja de asombrarnos.

El gobierno está asimilando que la resistencia del proletariado se extiende más allá de las luchas que tienen primera plana. Están sintiendo que la ausencia del pueblo el día del inicio de sesiones en el Congreso es una pequeña demostración que el discurso “anti casta” se va licuando y una buena parte de la juventud que lo votó advierte ya nuevas decepciones por venir. Un camino que aún habrá que caminarlo, es cierto, pero las cosas están muy mal.

Habría que decirle al presidente que una buena parte de la población no ha recorrido una historia de luchas en vano a pesar de lo complejo que es el momento para enfrentarlos. Pero no es casual que en donde se los ha enfrentado o se los enfrenta las cosas adquieren otra fisonomía.

Si no lucho “me acuestan”, sea el despido, sea la pérdida de derechos, sea la baja permanente del poder de compra del salario. Hay síntomas que nos van diciendo que es mejor enfrentarlos y aparecen los comportamientos de clase contra clase bien descripto en la nota de ayer de nuestra página. Es lo nuevo que aparece y que se sostiene, aunque sus expresiones aún sean muy variadas.

La burguesía hipoteca su futuro. A modo de ejemplo: las estructuras de los principales gremios que tendrían que haber actuado, aquellas que eran un paraguas para el trabajador, aunque los mismos las repudiaran, no solo no han hecho nada, sino que han tenido que sacarse la careta como parte del poder dominante.

Lo mismo está pasando con el desprestigio de los “amortiguadores” de la lucha de clase, o sea, el parlamentarismo de “izquierda”, que se ha cuidado de no hacer olas y defender a ultranza el sistema instituido.

Bien por las y los revolucionarios que se han sostenido y que continúan sus labores políticas que implican enfrentar este gobierno y su institucionalidad. Las avanzadas de la lucha manifiestan permeabilidad a este renacer de ideas de cambio y por allí hay que seguir acumulando fuerzas.

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