El IUPA de Gral. Roca, Río Negro, se planta contra los despidos

En una universidad de la Patagonia, trabajadores y estudiantes se organizaron contra los intentos de la patronal por despedir a un trabajador de forma ilegal.

En Fiske Menuco (General Roca), Río Negro, funciona el Instituto Universitario Patagónico de las Artes (IUPA), una universidad que supo ser baluarte de la enseñanza de las distintas disciplinas artísticas: Cine, Danza, Teatro, Música, Visuales, como asimismo investigación, posgrado y extensión universitaria, llevando también la enseñanza artística a los pueblos de la llamada “Línea Sur” [1]

Sin embargo, al ritmo de las presiones de la crisis capitalista, que para salvar negocios necesita eliminar la atención de las necesidades básicas de los pueblos como la educación, el IUPA viene siendo objeto de recortes y ajustes expresados en falta de aulas, de materiales de cursada y en los salarios. Para complicar aún más la realidad de los trabajadores, tanto docentes como personal de apoyo, las autoridades realizaron anulaciones por resolución de derechos establecidos por Ley, escalando aún más en la precarización laboral y cercenando las libertades políticas. Eso sí, las campañas de los políticos de turno se hacen gratuitamente a través de la universidad, imponiendo a los trabajadores obligaciones que no les competen.

Este proceso de vaciamiento se facilita porque la Universidad está, desde sus inicios, intervenida. Esto significa que no cumple con la Ley de Educación Superior. Su gobierno está en manos de un interventor designado a dedo por el gobernador Alberto Weretilneck, que supuestamente debe normalizar la misma y conformar el Consejo Superior universitario, órgano máximo de gobierno en cualquier universidad pública. Sin embargo, continúan incumpliendo esta obligación para seguir manejando los recursos de la universidad a gusto.

En la actualidad, el interventor designado por el gobierno provincial es el Sr. Gerardo Blanes, quien siguiendo la línea general de Milei y Weretilneck, es un obsceno exponente de corrupción, necedad, pedantería y crueldad.

El día miércoles 10 de septiembre despidieron a un trabajador docente muy querido de Arte Dramático y activo militante sindical, vía resolución del Rector. La causa alegada son supuestas denuncias anónimas por reiteradas situaciones de violencia, pero la medida se tomó sin realizar el debido proceso de sanción y disciplinamiento, lo que desató la ira de los estudiantes. Aunque las razones no son claras, se estima que es debido a una clase que dio sobre Bertolt Brecht en la cual hizo una comparación entre la gestión nacional, la provincial y la de la universidad. Aclaramos que los intentos de disciplinamiento de la gestión hacia trabajadores ya se venían ejecutando, por ejemplo, al quitarle “de facto” a una compañera la computadora de su lugar de trabajo.

Cabe destacar que la directora del Departamento de Artes del Movimiento y el Secretario de Extensión tienen múltiples denuncias por maltrato, acoso y abuso, pero como se trata de la esposa del rector y un funcionario activo de Juntos Somos Río Negro, gozan de ciertos privilegios.

Inmediatamente se dio a conocer la noticia del despido, se armó un ruidazo masivo en el hall central de la universidad que convocó a todos los claustros: inclusive participaron trabajadores que nunca se habían sumado a las actividades de protesta.

Luego de aproximadamente una hora, la Secretaria General Sandra Nievas, la Secretaria de Planeamiento y Gobernanza Erika Acosta, el Secretario de Extensión Ricardo Casanova y la Directora de Artes del Movimiento Silvana Calicchia bajaron del rectorado e intentaron salir del establecimiento, pero fueron abucheados por los trabajadores y estudiantes que salieron a perseguirlos exigiendo explicaciones.

Así fue que quedaron atrapados en sus vehículos, rodeados por estudiantes y trabajadoras/es que no los dejaban retirarse hasta que no dieran respuestas.

Esta gestión que deja a un docente en la calle por “resolución”, es la misma que pisa los salarios de laburantes mientras se los aumenta para sí a escondidas de la comunidad, y efectúa descuentos arbitrarios y aleatorios por los días de paro, que en algunos casos han ascendido a sumas de más de 300 mil pesos de descuento por sólo dos días de paro.

Estos personajes que asumieron prometiendo “resolver todos los problemas de la universidad” y saldar la eterna deuda de la normalización que reclama la comunidad educativa, desde el primer día pega volantazos agravando todos los conflictos. La promesa de resolución de problemas en realidad era hacia la propia burguesía y su representante en el gobierno provincial, que viene sintiendo el aliento en la nuca con la presión que ejercen desde hace tiempo los estudiantes y los trabajadores, sobre todo mediante la organización por asamblea Interclaustro.

Tan impresentables son que, en el transcurso de estos hechos, la Secretaria General Sandra Nievas casi atropella a un grupo de estudiantes que no la dejaban retirarse del lugar, y el infame Blanes hizo una declaración posteriormente comparando estos hechos con el caso de la joven que ingresó con un arma en un establecimiento educativo en Mendoza, utilizando los medios de comunicación masivos de la universidad. Son victimarios del pueblo, pero ante la justa bronca pretenden presentarse como víctimas.

Atrapados como estaban, en vez de dar las explicaciones que se les exigía, decidieron llamar a la policía, y posteriormente un uniformado escoltó a Calicchia y Casanova por los pasillos de la universidad para ayudarlos a huir por la puerta de atrás, violando la ley de autonomía universitaria.

Pero la comunidad no se quedó quieta e inmediatamente se realizó una asamblea dentro de IUPA que resolvió tomar la universidad hasta la restitución del docente.

Con el miedo al pueblo organizado que los caracteriza, llegaron al lugar los fiscales, entre ellas Belén Calarco, quien ya tiene experiencia en criminalizar las luchas populares (caso Biblioteca de la Estación de Fiske Menuco).

Conformaron una mesa de negociación, con los representantes que admite la institucionalidad burguesa: sindicatos, centros de estudiantes y la execrable horda que compone la gestión de la universidad (éstos últimos vía telefónica), decidiendo realizar una conciliación en el Juzgado, el día jueves a las 13h.

Luego de esta reunión con los fiscales, los representantes de los sindicatos y agrupaciones regresaron a la asamblea a agitar el miedo a las causas penales, con la excusa de que el edificio de IUPA no es propio, sino que pertenece al empresario Tilo Rajneri, logrando convalidar la decisión de revertir la toma, a pesar del estado de ánimo agitado que hubo en la asamblea un par de horas antes.

El día jueves la concentración de trabajadores y alumnos en el juzgado fue masiva, determinante. Estuvieron allí presentes el docente despedido con su compañera y sus estudiantes, todos vestidos cómo estatuas vivientes de color blanco, en una performance frente al juzgado que terminó en abrazos y llantos de felicidad, ya que a la institucionalidad de los hambreadores no les quedó otra que retrotraer la medida expulsiva y dirimir las acusaciones que se le imputan al docente mediante la sustanciación del proceso en forma legal (legalidad que habrá que controlar también). Luego de la actividad se votó masivamente ir a una asamblea interclaustro la siguiente semana para continuar con el plan de lucha por la democratización (en términos burgueses) de la universidad.

Queda un largo camino, pero de muestra un botón: esta semana se comprobó que el enfrentamiento, la lucha, la unidad y la masividad del pueblo trabajador organizado, fue la que le devolvió al compañero su puesto de trabajo y la única vía para conquistar todos los derechos postergados.


[1] Línea sur se denomina en Río Negro a la región que conecta la zona andina con la costa rionegrina, a través de la ruta 23, con poblados eminentemente campesinos, aislados, sin acceso a oferta académica local

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