“Otra victoria como ésta y estaremos perdidos”

 


(La frase que incluimos en el título es adjudicada al Rey Pirro de Epiro, luego de ganar la batalla de Ásculo a los romanos)

Las victorias “a lo Pirro” son una denominación que se utiliza para graficar que, pese a la victoria, el vencedor se encuentra en una peor situación. La celebración del gobierno de Milei tras los resultados del domingo 26 de octubre, tienen mucho de esa característica.

Los números cantan. Los reales. Porque debemos partir que es una mentira que el gobierno sacó el 41% de los votos. Esa cifra resulta si se calcula respecto de los votos emitidos, pero cuando se la calcula respecto de la totalidad de los votantes, y se tienen en cuenta quienes no fueron, votaron en blanco o anularon su voto, ese porcentaje se reduce considerablemente. Es de un 25,96%.

13 millones de compatriotas son los que expresaron su rechazo al proceso eleccionario y, por ende, a todas las fuerzas participantes. Pero, además, hay otros datos que deben ser tenidos en cuenta.

Como se ve en los gráficos, la pérdida de votos de los dos partidos principales (la Libertad Avanza y el Partido Justicialista), respecto de las elecciones de 2023, son enormes. Tomando en cuenta que LLA y el PRO fueron juntos en esta elección, lo correcto es sumar los votos de ambas fuerzas en las elecciones pasadas. A partir de allí, en comparación con la primera vuelta, LLA perdió 4,8 millones de votos y el PJ 2,28. Comparando con la segunda vuelta, el oficialismo de Milei perdió 5,13 millones y el PJ 4,14 millones.

El abstencionismo, creció 3,6 millones entre 2023 y 2025.

En Provincia de Buenos Aires, el PJ perdió 600 mil votos y LLA 1.300.000, aumentando la abstención en 1.250.000 electores.

Estos números ratifican que el sistema de partidos está estallado, e incluye al actual oficialismo, aunque se presente como el gran ganador.

El abstencionismo se presenta como una fuerza social, aunque todavía no cuenta con un proyecto político alternativo, que está horadando los cimientos de la democracia burguesa. Ese el golpe real que ha sufrido el gobierno y la oposición. Es un golpe, como lo dijimos ya, a las bases del régimen de dominación: la democracia burguesa.

Es un golpe que impacta también en las herramientas de dominación de la burguesía, como los sindicatos, que no han hecho más que entregar y traicionar las luchas. En particular, en los casi dos años del gobierno de Milei.

Debemos ser conscientes, y hacer conciencia, del golpe propinado a toda la burguesía monopolista y sus herramientas electorales y sindicales porque, a partir de allí, podremos pararnos desde otra visión del proceso muy distinta a los fríos (y siempre mentirosos) números del sistema de dominación.

Tomar conciencia de esta realidad pone barreras al desánimo, la confusión y al “inexplicable” triunfo del gobierno. Y también la división que intentarán meter en el seno del pueblo con las falsas acusaciones de quién votó a quién y porqué.

Milei no ganó, sino que no tiene contra quién perder dentro del aparato institucional del sistema; es evidente que el peronismo ha dejado de ser considerado alternativa válida por amplios sectores de la población, producto de sus malas gestiones y de adoptar una conducta de “hacer la plancha”, pensando que, por decantación, las masas volverían a votarlo. Una subestimación al pueblo rayana con el suicidio.

El gobierno y la burguesía han perdido contra esa fuerza social que viene acumulando bronca, rechazo y repudio. Y que es una gran parte del pueblo trabajador que sufre las consecuencias del ajuste brutal que se viene padeciendo.

Aunque todavía el abstencionismo no cuente con un espacio de acumulación política alternativa, es la fuerza que demuestra una madurez y ciertos grados de conciencia respecto de la medicina que ya no se quiere volver a probar. Desde un proyecto revolucionario es indispensable analizar y mensurar correctamente un fenómeno tan profundo que se manifiesta en las entrañas del cuerpo social de nuestro país.

De allí que las necesidades son las de redoblar esfuerzos para construir una herramienta política de masas que pueda nuclear a la clase obrera, proletariado en general y otros sectores populares, capaz de dotar de una perspectiva de avance en la lucha de clases que se avecina.

Porque la perspectiva es que la burguesía y su gobierno intentarán profundizar su política de ataque a las condiciones de vida y de trabajo del proletariado. La iniciativa pasa por impulsar reformas estructurales, como la laboral y la previsional, apuntando a lograr una estabilización económica y política que permita a la clase dominante atravesar su profunda crisis.

En ese sentido, es importantísimo no cejar ni un día en llevar adelante las demandas obreras y populares, parados desde las necesidades impostergables de las masas y desde la posibilidad de presentar enfrentamiento, dado que la crisis política por arriba no se ha resuelto con las elecciones. Hoy mismo, los desocupados autoconvocados de Las Heras, Provincia de Santa Cruz, se movilizaron al Concejo Deliberante de esa ciudad para continuar con sus reclamos de fuentes de trabajo que vienen exigiendo hace semanas. Esa es la conducta a seguir.

Las acciones de lucha desde abajo, las metodologías de enfrentamiento abierto contra las medidas que se intentarán implementar, son el camino para atravesar un sendero que permita la acumulación de fuerzas a esa gran parte de la población que se ha expresado rechazando las elecciones, conscientes que por allí no se logran soluciones a las acuciantes demandas y, mucho menos, a preservar las conquistas.

Más que nunca, ejercer la independencia política respecto de los de arriba. Ellos cuentan votos y traman sus maldades. Nosotros debemos contar luchas, organización, enfrentamientos en todos los planos, porque la lucha sigue siendo clase contra clase.

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