Villa Gobernador Gálvez, la ciudad de la carne y del hambre

En una superficie de poco menos de 31 km2, la ciudad santafesina de Villa Gobernador Gálvez alberga a unos 94.000 habitantes. La misma está emplazada al sur este de Rosario y, entre ambos municipios, no hay solución de continuidad.

El frigorífico Minerva Foods (Swift) tiene poco menos de 2.000 trabajadores; y Paladini cuenta con 2.200; hay varios frigoríficos menores entre los cuales aparece Euro, el mayor de ellos; cuentan en total unos 160 trabajadores; la aceitera Cargill con puerto propio cuenta con unos 300 trabajadores; la fábrica de carrocerías de colectivos Metalsur (Marco Polo Brasil) cuenta con unos 500 trabajadores; el parque industrial situado al este de la ciudad con varias empresas calificadas como PyMES, reúne a 700 trabajadores; etc.

Entre Minerva Foods y Paladini producen unas 500.000 kgs. de carne por día; por su parte Cargill efectúa una molienda de 10.000 tns. diarias.

A pesar de la gran producción de comestibles y de la industria metalmecánica y otras, Villa Gobernador Gálvez, tiene una población mayoritaria sumergida en la pobreza y la marginalidad, padeciendo hambre.

Ayer se conoció la noticia que la Empresa Provincial de la Energía (EPE) que provee de electricidad a la Cooperativa que distribuye la energía eléctrica en la ciudad, dejaría a unos 35 barrios sin luz a causa de una deuda de $6.000 millones debido a que los usuarios no pagan… No es que no quieren hacerlo. ¡No pueden!

En la capital de la carne, una enorme masa de familias tiene hambre, viven en barrios sin infraestructura (calles de tierra, carencia de cloacas, falta de atención sanitaria, precariedad en la educación, abandono estatal en la atención de los adultos mayores, etc.) y están amenazadas de quedarse sin luz.

A pesar de lo profundo de las necesidades irresueltas de los trabajadores y de la población oprimida, la misma no se diferencia en mucho lo que vive la masa proletaria de todo el país.

Mientras tanto, las grandes empresas mencionadas, haciendo causa común con toda la burguesía del país, apuntan todos sus misiles a legalizar la superexplotación de sus obreros, legislando la llamada “modernización laboral”, que no es otra cosa que el quite de libertades políticas, conquistas obreras ganadas con luchas, muertes, prisiones y torturas.

El objetivo es convertir el piso de los salarios en techo a alcanzar si se disciplina la fuerza de trabajo bajo las aún más degradantes condiciones laborales y la mayor pérdida de derechos políticos.

Al igual que los obreros y trabajadores en general de todo el país, los galvenses deberán enfrentar organizadamente, desde las bases y contra la complicidad de los sindicatos de cada sector, esos objetivos patronales impulsados por el gobierno y acompañados, de una u otra manera, por toda la oposición parlamentaria.

A esta lucha para derrotar la reforma laboral, se deberá también adicionar la batalla contra el hambre que recorre las calles de Villa Gobernador Gálvez. La unidad de obreros, trabajadores en general y sectores oprimidos está dada por el objetivo común de conseguir los medios de vida necesarios para poder no sólo alimentarse a sí mismos y sus familias, sino de lograr una condición de vida digna como paso necesario para continuar y profundizar las batallas hasta conseguir la verdadera emancipación del yugo capitalista.

Compartí este artículo

Deja una respuesta