Socialización de la producción, por un lado; apropiación individual de la riqueza generada por el otro.

 

Objetivo de la reforma laboral en el mundo:

Argentina: se produce un coche en menos de un minuto, 0,964 minutos (promedio).

El ensamblado de un coche en nuestro país en sus diferentes etapas oscila entre 10 y 20 horas. El caso es que, por ejemplo, un motor entra a la línea de producción ya ensamblado.

Las autopartes vienen de estos países:

 Brasil 31%

Japón 11.9 %

Tailandia 11.5%

China 8.4

EE.UU. 6.8%

Alemania 6:3%

México 3.7%Francia 2.1%

India 1.7%

Otros: 14,5 %, comprenden fundamentalmente Italia, España, Reino Unido, Hungría. República Checa, Rumanía, Sudáfrica y no detallados 3,7 % o sea que hablamos de más de 20 países proveedores de autopartes. (Adefa 2024).

La diversidad de fuentes consultadas, coinciden que hay un promedio de entre 30.000 y 40.000 componentes si se cuentan hasta pernos, conectores y piezas pequeñas. Promedio de piezas grandes 1800. Otra fuente (McKisey) indica que con subensamblados son 20.000 piezas. Según Ford Argentina los vehículos de pasajeros cuentan con hasta 180.000 piezas para ensamblar.

Volvamos al principio de la nota, cerremos los ojos por un momento y con los datos logrados, muy flexibles por cierto por la diversidad de modelos existentes, imaginemos lo asombroso que es obtener un coche en menos de un minuto.

Cuando hablamos de más de 20 países proveedores de autopartes y que esas mercancías deben llegar “justo a tiempo” se implican en ese proceso otras ramas de producción y servicios del mundo. Imaginen puertos, ferrocarriles, petróleo, etc. y detrás de ello obreros y asalariados de esas ramas generando esas riquezas. En menos de un minuto un coche, increíble. No suficiente con ese dato estadístico estamos hablando que un coche tiene que ser ensamblado entre 10 y 20 horas con 30.000 y 40.000 autopartes. Un proceso de “justo a tiempo” producido por la clase obrera generadora de esas riquezas.

En la nota de ayer se explicaba del por qué la reforma laboral es un nuevo ajuste de cuentas contra la clase obrera y asalariados en general, en este caso particular de la industria automotriz en relación directa con otras industrias y servicios, implicaría ajustar estos tiempos para lograr una mejor productividad, propia del afán de mayores ganancias. Reforma laboral que la clase burguesa ha internacionalizado y que significa mayor explotación y opresión al trabajador.

Existe una socialización de la producción, no hay vuelta atrás porque la misma competencia interburguesa necesita profundizarla para lograr competir en el mercado. La globalización se correspondió a esa necesidad del capital financiero en esa época histórica y hoy es el piso para avanzar a un nuevo peldaño, basado en imponer un salario y condiciones de trabajo infrahumanas de países como la India y otros del sudeste asiático. No solo hay y seguirá habiendo globalización, sino que la misma se intentará profundizar para este momento histórico.

Pero lo cierto es que han pasado varias décadas y la experiencia vivida por proletarios del mundo no pasó en vano. La globalización pasada abrió “expectativas” y a la vez introdujo la ideología burguesa de clase dominante. A tal punto que toda una intelectualidad basó su pensamiento en insistir una y otra vez en la desaparición del proletariado y la aparición de una clase media consumidora. Pero el capitalismo fue todo lo contrario y el mismo fracasó. Hoy no generan ninguna expectativa y esa clase obrera “globalizada” viene dando muestras de resistencia internacionalista cuando, por ejemplo, varios puertos del mundo entraron en huelgas para parar el armamento producido en sus países con destino a Israel ante el genocidio del pueblo palestino.

Lo cierto es que, a la mayor socialización de la producción, la burguesía responde con reformas laborales entre otras cosas. La clase obrera y el proletariado por el contrario debemos responder que para esa socialización existente en la producción se necesita un poder político de la clase fundamental, que tenga como objetivo político la lucha por el socialismo y así desatar toda la energía productiva de esa clase en función de todo el pueblo.

 La clase obrera resiste en el mundo la reforma laboral y a la vez deberemos asociar esa lucha con la lucha eminentemente política que pueda elevar el carácter de enfrentamiento contra la clase dominante.

Compartí este artículo

Deja una respuesta