La venta del gas oil subsidiado para el transporte urbano de pasajeros es uno de los conceptos que debe reordenar la oligarquía financiera debido al plan de ajuste o “sintonía fina” emprendido.
El precio menor con el que se comercializa dicho combustible para las empresas de transporte de pasajeros, tiene su correlato en un boleto de colectivo o de tren más barato para el usuario.
Ante la necesidad de que ese costo sea pagado, de ahora en más, en forma directa por el pueblo, y previendo una respuesta masiva contra dicha medida, es que el gobierno, las empresas de transporte y las petroleras han urdido este circo mediático, según la siguiente secuencia:
Las cámaras de transporte hicieron la denuncia por sobreprecios. Las petroleras no contestaron y el gobierno aparece, toma el guante y decide un proceso de investigación de índole administrativa.
Al frente del montaje se coloca De Vido, primera espada de las petroleras en el gobierno kirchnerista.
El resto de la película parece cantado.
Es tan previsible, como los resultados negativos de la “investigación”. Sin embargo, ello, seguramente llevará a que el boleto de colectivo y de trenes tenga un incremento enorme sobre la base argumental de que “para evitar actos de corrupción, no se otorgarán más subsidios al gas oil”.
¡Nada de quita de subsidios para las petroleras y las empresas monopolistas de transporte de colectivos y trenes!
Simplemente un traspaso del costo sobre la recaudación fiscal hacia el corazón directo de los bolsillos populares.
Los subsidios, bajo otros nombres, seguirán existiendo o se incrementarán, ya que lo que pretenden cambiar es central para una mayor recaudación:
Hasta ahora, el gobierno, de su recaudación fiscal, debe disponer de recursos para esos subsidios.
A partir de esta jugada planificada, con el precio incrementado del transporte de pasajeros, el costo lo pagaría el usuario directamente, la facturación, en consecuencia será más alta tanto para el usuario como para las petroleras y las transportistas y, por tanto, la recaudación será más alta para el gobierno, vía los impuestos.
Sin embargo las petroleras y las transportistas no perderán, al contrario se beneficiaróan aún más, ya que con esa bocha mayor de recaudación, el Estado, tendrá muchos más recursos para subsidiar tanto a empresas de transporte como a las petroleras.
En síntesis, el único que pagará los platos rotos será el pueblo.
Beneficiando a los monopolios es como el gobierno de Cristina Vda. de Kirchner y su vocero Boudou “luchan contra los monopolios”.
Pero como siempre, este circo a la defensiva montado sobre el mencionado plan estará sujeto a la lucha de clases.