«Las organizaciones gremiales, en su mayoría de izquierda, están pensando en una movilización ascendente. Me llamó la atención porque pese a eso, ellos evitaron convocar a una huelga general y lo dejaron como un recurso a futuro. Qué suertudos son los empresarios españoles, y el gobierno, que anuncian rebajas de sueldos, despidos masivos y que los dirigentes están pensando a futuro alguna huelga general. Yo digo que algunos tienen mucha suerte».
Tal la idea que tiene la millonaria presidenta sobre el funcionamiento ideal de un país.
Nada la diferencia de Rajoy, el presidente de España.
Ella añora y envidia a la burguesía monopolista que actúa en España.
A ella le gustaría que nuestro pueblo no reaccionara, que le creyera todas sus mentiras (incluida la del falso “obrero” minero vicepresidente del justicialismo en Olavarría), que aceptara sumiso el mandato de lo más concentrado de la burguesía monopolista a la cual representa, que consintiera el ajuste al que llama “sintonía fina” para beneficio de las grandes empresas y que esperara sentado a que éstas se dignen a darle alguna migaja para poder seguir subsistiendo.
No entiende por qué nuestra clase obrera y pueblo argentinos están tomando la iniciativa y acorralan a los monopolios y su gobierno y no los deja hacer sus negocios.
Según ella, el pueblo argentino debiera entender:
Que los legisladores se aumenten 100% sus ingresos, mientras los trabajadores no pretendan aumentos de más del 18% sobre sus salarios.
Que aunque los pueblos cordilleranos no quieran, y el resto de los argentinos tampoco, la minería es un gran negocio que hay que hacer para beneficio de…unas pocas transnacionales con las que está abrochado el Estado con sus funcionarios.
Que no está bien que se rebelen y movilicen por sus vidas, su tierra, su agua, su dignidad, el futuro de sus hijos, su salud, si impiden esos negociados que aunque envenenen y destruyan dejan multimillonarias ganancias para sus cómplices.
Que crean que defiende la soberanía reclamando por Malvinas, mientras entrega los recursos del país, el esfuerzo de las mayorías laboriosas, el dinero que pertenece a los jubilados, etc., a la voracidad de todos los monopolios que actúan en Argentina.
Que ella quiere lo mejor…para ella y su clase.
Cómo envidia a Rajoy, el presidente de España.
La presidenta está tan ciega que ni siquiera ve que, así como ella sufre la rebeldía en su propio país, en Argentina, el propio presidente español, también deberá enfrentar lo suyo ya que los pueblos del mundo, a cada paso, dicen basta y se levantan contra el oprobio de la explotación, los negociados y la vida miserable a que nos condena la oligarquía financiera.
El fuego griego es sólo una muestra….