14 millones de DNI se produjeron en dos años.
Ahora resulta que no sirven. Que se harán unas nuevas tarjetas que incorporarán un sistema para votar electrónicamente.
Más allá del multimillonario negocio realizado y que todos los argentinos tuvimos que pagar, el sistema capitalista muestra hasta qué punto la producción de mercancías, en este caso inservibles, se presentan en forma anárquica, cruel, espontánea, perjudicando al Hombre y a la Naturaleza.
Imaginemos por un momento el derroche de fuerzas productivas que se consumaron. Miles y miles de trabajadores, entre ellos obreros, administrativos, ingenieros, diseñadores que seguramente pusieron lo mejor de ellos, para producir en un corto período de tiempo una cifra colosal de documentos de identidad.
Todo, absolutamente todo PARA NADA. Todo, absolutamente todo, para un gran negocio.
Fuerzas productivas, hombres de carne y hueso arrojados a la basura por un decreto presidencial que anuncia un nuevo negocio para LA NADA.
Para producir 14 millones de libretas DNI se tuvo que atacar también a la Naturaleza.
Valla a saberse cuántos árboles tuvieron que talarse, que cantidad de productos químicos se utilizaron para producir NADA. Cuantos elementos de la minería a cielo abierto se utilizaron para LA NADA. Libretas que se trasladaron en camiones, camionetas, coches. Petróleo que se extrae con millones de litros de agua, en fin la naturaleza atacada para LA NADA.
Estos señores son improvisados, dañinos, incapaces, anárquicos, bestiales y con sus voces altisonantes nos dan a entender que si ellos no gobiernan, no detentan el poder, nadie será capaz de hacerlo.
Así como los DNI, todo lo que se produce, absolutamente todo está bajo el ala de gran negocio. Primero ello luego, si algo queda para el Hombre y la Naturaleza.
Sin embargo somos muchos los que planteamos que el potencial humano de nuestro pueblo ya cuenta para desarrollar una sociedad que ponga al Hombre y su relación con la Naturaleza en un diálogo amigable.
Hace falta cambiar la ecuación, cambiar el poder, en manos hoy de esta expresión miserable de la humanidad, los monopolios y sus gobiernos, por un poder revolucionario, popular que ponga en marcha la infinita inteligencia y capacidad productiva que anida en nuestra sociedad.