Sin ningún tipo de escrúpulos, gobierno, sindicalistas y empresarios, anunciaron el acuerdo por un salario mínimo de $2.875.
Teniendo en cuenta, que los trabajadores que cobran el salario mínimo, recién en febrero del 2013 llegarán a ese monto, y que el aumento que va de $2300 a $2875, es en cuotas, esto significa, que para ellos, según los valores calculados, con este acuerdo quienes ganan por arriba de esta cifra no son pobres. Tanto los medios masivos de comunicación oficialistas como los que no lo son, mas allá de los puntos de vista que dan sobre este aumento, todos esconden donde está la verdadera esencia de la definición del salario mínimo.
Por un lado es importante tener en cuenta que existen actualmente un porcentaje muy alto de trabajadores formalmente en blanco y trabajadores en negro, que cobran estos salarios aberrantes. Pero también hay que destacar que la imposición de un salario mínimo de estas características, intenta condicionar todos los niveles salariales de los trabajadores, teniendo en cuenta que el salario promedio en la argentina es de $4.000. Ya que de esta manera pretenden chantajear a la clase obrera, porque si un obrero que cobra por arriba del salario mínimo ya no es pobre, por lo tanto un obrero que gana $5.000 ó $7.000 estarían muy bien pagos. Y ni hablar de los obreros que ganan entre $10.000 y $15.000, prácticamente estarían pasando a una categoría de “trabajadores ricos”. Es por eso que es muy común escuchar las voces del gobierno decir, que los trabajadores de tales o cuales gremios no se pueden quejar porque ganan 10.000 pesos o más, mientras que otros ganan mucho menos.
Decimos estas cosas, para dar un ejemplo de cómo la burguesía pretende burdamente desorientar y confundir sobre el problema del salario. Y en este mismo sentido, pretenden darle legitimidad al mal llamado impuesto a las ganancias ya que, según el gobierno “los trabajadores que más cobran deben ser solidarios con los que menos cobran”.
Es por eso que en definitiva el acuerdo del salario mínimo, es una política determinada por la oligarquía financiera contra toda la clase obrera. Porque por más que en las principales industrias paguen salarios por arriba del mínimo, el objetivo de fondo está puesto en ponerle un techo a la masa salarial que se paga a toda la clase obrera.
La única realidad es que la tremenda inflación creciente en estos últimos meses, que va de la mano de un dólar ya instalado a 6 pesos, provocando objetivamente un nuevo arrebato al poder adquisitivo del salario real en la Argentina, es el anuncio de la profundización de los niveles de empobrecimiento, que la oligarquía financiera y su gobierno, planean aplicar a la clase obrera y al pueblo en general en nuestro país.