Un nuevo salto en la calidad de la lucha de clases se ha producido en la provincia del Chaco.
La pasada semana, los empleados estatales de la provincia, frente al hartazgo de las traiciones, entregas y los métodos patoteriles y antidemocráticos de las conducciones gremiales, desde todos los ámbitos laborales de la administración, se autoconvocaron masivamente para, desde la democracia directa, buscar nuevos métodos de lucha basadas en la movilización permanente, para confrontar con el gobierno de los monopolios en la lucha por salarios, estabilidad laboral y mejoras de los jubilados.
Este nuevo golpe político de las masas ha dejado a la burguesía y sus instituciones de control social vacías de contenido y “con el culo al aire” profundizando su crisis política y agudizando sus contradicciones.
Este nuevo fenómeno se suma al ya instalado escenario de la álgida lucha política del pueblo y las organizaciones sociales que ha hecho desistir, por dos veces seguidas, la llegada a la ciudad capital de la presidenta CFK, debido a la conflictividad social y las manifestaciones de repudio que la esperaban.
Coherente con toda la conducta política de la burguesía de negar la realidad, su gobernador Capitanich, refiriéndose a las demandas, lanzó “no hay ningún tipo de aprobación por parte de la autoridad máxima, que en este caso, obviamente, soy yo”…poniéndose solo en el centro de las furia y la ira de los trabajadores.
Pero la soberbia y la arrogancia de este gobernador, candidato presidenciable de la oligarquía financiara, y que se ha llenado la boca en ámbitos internacionales ofreciendo paz social, la mano de obra más barata del continente, para que en su provincia se radiquen los monopolios, por más que intente con su discurso altanero tapar el sol, tendrá que retroceder y ceder a las demandas económicas, políticas y sociales que se reclaman o será barrido por el huracán de justicia que prepara el pueblo.