De acuerdo a recientes informaciones de la burguesía, la producción industrial registró en febrero un crecimiento del 11,2% frente al mismo mes del año pasado y de 3,4% respecto de enero, “traccionada” –como le dicen- por el sector automotriz y siderúrgico. Estos resultados muestran que durante el primer bimestre del año, el sector industrial exhibió una expansión de 8,2 % frente al mismo período de 2009.
Como ya lo venimos señalando, la principal razón del crecimiento de la industria fue la fabricación de vehículos. En febrero, este sector aumentó su producción un 140,2% en relación con el mismo mes del año pasado y casi un 40% respecto de enero. Tomando en conjunto el primer bimestre de 2010, los trabajadores de las automotrices radicadas en nuestro país, fabricamos el doble de automotores que en el mismo período de 2009.
La otra rama que mostró un gran crecimiento fue la industria siderúrgica, que aumentó su producción un 39,4% en 12 meses y un 18% frente a enero. En el primer bimestre, el incremento fue del 26,2% en relación con el mismo lapso del año anterior. Esto obedeció, casi con exclusividad, a la elaboración de acero, que se expandió un 53% en el mes respecto de febrero de 2009 y del 26,2% en relación con enero.
Detrás de estas dos “topadoras” aparece en crecimiento la fabricación de materiales para la construcción, también en alza.
Las grandes corporaciones señalan en relación a esto que, “el empleo permanecerá estable y no se advierten necesidades de cambios en la dotación de personal, así como tampoco grandes modificaciones en el tema de los salarios”…
Leyendo entre líneas quiere decir: el impresionante aumento de producción –y ganancias, por supuesto- lo vamos a continuar solventando con los mismos trabajadores, explotándolos más aún y pagándoles la misma plata.
Y ese es el eslabón más débil de la burguesía, que necesita seguir produciendo a full con el mismo personal y achatando los salarios; lo que choca brutalmente con las necesidades y aspiraciones de los que trabajamos, al lado de la máquina, que vemos cómo estamos dejando los mejores años de nuestras vidas para que esta manga de chupasangres continúen llenándose los bolsillos, mientras nuestra vida y la de nuestras familias suma, día a día, una nueva postergación.
Por esto, la lucha por mejoras salariales y condiciones de trabajo quiebra las barreras que impone la lucha sectorial para transformarse en el principal eje de la lucha política de los trabajadores y el pueblo.