Así arranca el planteo de los compañeros trabajadores de nuestro partido en zona norte, cuya explicación sensible y directa a todos los trabajadores recorre cientos de fábricas y puestos de trabajo que no podemos dejar de reproducir en esta página por la profundidad, y a la vez, justeza de planteo.
“Somos miles y miles que nos levantamos todos los días y ponemos en marcha grandes fábricas, hacemos funcionar y producir talleres, atendemos kioscos y supermercados, etc. Sin nosotros no se fabricarían la cantidad de cosas que se venden ya desde antes que las hayamos producido. Sin nosotros tampoco se movería tanta cantidad de mercaderías, vehículos, etc. de la forma en que se hace los 365 días del año. Somos otros tantos miles los que educamos a los niños, los que curamos en los hospitales, los que trabajamos por agencia o hacemos changas. Somos la amplia mayoría que no vive del trabajo ajeno.
Particularmente, en la zona norte, generamos una buena parte de lo que se produce para el país, y sobre todo para exportación. Por algo muchas grandes empresas (cuyo origen es por lo general extranjero) se han instalado y planean utilizarnos como mano de obra de aquí al futuro, pero no pensando en nuestro bienestar ni en el de nuestros seres queridos, sino para obtener gigantescas ganancias para ellos. Según un dato que estas mismas grandes empresas (monopolios) presentan, por cada peso que un trabajador se ha llevado a casa en el 2012, hubo otros $ 60.- que dejamos para la fábrica, y cuyo destino está fuera del alcance de nuestras manos. Esto más que ser un logro es una necesidad absoluta para ellos porque a nivel mundial necesitan cubrir tremendos huecos de plata que la crisis, generada por sus negocios y despilfarros, les exige obtener ganancias a costa de los pueblos de cualquier parte del mundo.
La peor noticia para ellos es que han venido aquí a encontrarse con unos laburantes que no paramos de golpearles en sus planes. Cuestionamientos de todo tipo y forma: en distintos lugares y momentos aparecen los reclamos, a delegados y comisiones internas, a la fábrica directamente. Se realizan asambleas y quites de colaboración, se corta una calle o una ruta, y en los casos más graves se llega a tomar los establecimientos en los que trabajamos…Todas las formas son valederas, sobre todo si son decididas por quienes ponemos en marcha este país. En ese golpe por golpe que venimos protagonizando les hacemos caer sobre sus cabezas el techo salarial que empresa, gobierno y sindicato intentan sin éxito año tras año. Además ellos quisieran que aceptemos sus políticas de despidos selectivos sin chistar, y no lo van a lograr puesto que no se lo permitimos. Si quieren producción no tienen que despedir a nadie, un despido le puede costar un día o más de parate. Tampoco hay que explicar el costo político que tendría para un gobierno íntimamente ligado a los intereses de la ganancia monopólica, el que se produzca un paro o una movilización de miles que no van a poder detener. Se va haciendo costumbre esto de hacerles probar el polvo, mientras buscamos la salida para una vida digna.
Nuestro partido revolucionario plantea que como trabajadores es momento de ir por un 40% de aumento salarial para todos, que el salario no tiene que bajar de los $ 7000.- como piso. Además que ya estamos hartos de un impuesto a la “ganancia” para los que no vivimos del trabajo ajeno. Con estos tres planteos llevados a cada lugar donde trabajamos lograremos acorralarlos cada vez más en sus planes a la vez que nos haremos más fuertes como clase.”