Los organizadores del cacerolazo convocado para el día de hoy, 18 de abril, han decidido invitar a los políticos opositores para participar de la manifestación. Uno de ellos manifestó: “Los problemas de nuestro país se resuelven desde la política; hoy no tenemos los políticos que quisiéramos pero hay que conformarse. Esta es una manera de invitarlos a dialogar, a que se sienten en la mesa”.
Precisamente, nuestro Partido viene manifestando que la lucha política contra el gobierno de los monopolios es indispensable para que la clase obrera y el pueblo argentino avancemos hacia la disputa del poder político. Pero nos referimos y practicamos una política de cambio real, revolucionaria; una política que no puede ser confiada a ningún político del sistema, sea oficialista u opositor, sino decidida y realizada por el pueblo movilizado desde la autoconvocatoria que es la práctica política revolucionaria que el movimiento de masas en la Argentina, protagoniza cada día para llevar adelante sus luchas y que, precisamente, fue la metodología que se impulsó en las concentraciones anteriores realizadas el año pasado.
Invitar a participar a políticos del sistema, bajo el lema de la autoconvocatoria, es un burdo intento de la burguesía por apoderarse de una metodología que es verdaderamente distinta de las prácticas burguesas porque deshecha y rechaza todo lo de arriba, y confía y promueve la participación activa del pueblo en las calles, sin representación institucional burguesa de ninguna clase. La autoconvocatoria es la institución revolucionaria del pueblo que debe seguir profundizándose, desde la más amplia unidad del pueblo contra los defensores del régimen capitalista, llámense K o anti K.
El llamado del día de hoy a marchar con la dirigencia política es un manotazo de ahogado que busca que las masas vuelvan al redil de la institucionalidad burguesa; crasso error de subestimación al pueblo argentino cuyo nivel de conciencia y organización es muchísimo más elevado de lo que la burguesía acepta.
La experiencia que está realizando el pueblo de La Plata, organizándose en asambleas por cuadra, por manzana y por barrio para ir contra los gobernantes responsables de la catástrofe de las inundaciones, en la que han tomado el Concejo Deliberante bajo la consigna ¡Que se vayan todos!, expresa cabalmente lo que afirmamos: el pueblo argentino no quiere ni necesita de los políticos del sistema para luchar; muy por el contrario, los rechaza y busca en la unidad y organización por abajo (como lo hizo en la campaña para auxiliar a las decenas de miles de inundados) la solución de sus problemas, uno de los cuales es sacarse de encima a la caterva de políticos burgueses responsables de la situación en la que se encuentra nuestro querido país y nuestro pueblo.