Hace algo más de 10 años, se introducía el cultivo de arroz transgénico (Bt) y la soja a gran escala en los Municipios de La Leonesa y Las Palmas de la mano de Monsanto, propietaria del paquete tecnológico del agrotóxico glifosato. Gracias a este “progreso”, asumido como propio por el “gobierno nacional y popular”, la vida de estas comunidades con 10.000 habitantes, cambió radicalmente. Las malformaciones congénitas en niños recién nacidos y los casos de leucemia se multiplicaron en un 400 por ciento en la población local producto de la contaminación de la tierra, el aire y el agua con los pesticidas.
Fue entonce que el pueblo autoconvocado e importantes sectores de la comunidad científica salieron a dar la lucha contra el monopolio de la muerte y sus políticos haciendo centro en la arrocera San Carlos, monopolio dominante en la región (Ver nota del 17/08/2010, en esta misma página,)
Hoy, un década después, los monopolios y su gobernador Jorge Capitanich, pusieron en marcha el proyecto Puerto San Carlos, una sinergia entre la actividad arrocera y la piscícola para el cual el Estado subsidió con $ 200 millones para la construcción de una planta del alimento balanceado una planta frigorífica y la logística para la “iniciativa privada”.
Se trata de la combinación rotativa de arroz y la producción en cautiverio del Pacú -también llamado chancho de río- el pez de más exquisita y fina carne de la cuenca del Plata. El objetivo de la arrocera es producir 3000K por hectárea de peces para el mercado interno y la exportación.
Hasta aquí todo normal, plata de todos van a parar a las manos de los monopolios en nombre del “desarrollo”. Pero este caso es más grave aún: el pacú se producirá en el mismo estanque contaminado con agrotóxicos (glifosato) donde se produce el arroz, con agua contaminada, en tierra contaminada. Los mismos elementos contaminados que destrozan la salud y vida de las comunidades locales.
Con el pretexto de “crear 25 puestos de trabajo” llevarán su contaminación a miles de hogares y enfermarán a miles. Todo en nombre de la ganancia. Todo en nombre del progreso capitalista.