La semana pasada, el poder ejecutivo resolvió aumentar el piso del mínimo no imponible para el impuesto al salario, dado lo cual, la masa de dinero que antes recaudaba por esa vía, a partir de la medida tomada, deberá recaudarla por otro lado. Según dice la resolución, lo harán en parte, gravando los dividendos de las empresas y las acciones de las que no cotizan en bolsa y el resto saldrá de las arcas del Estado.
Tal como lo venimos diciendo desde el año 2009 (ver folleto: https://prtarg.com.ar/wp-content/uploads/2010/02/El-salario-no-es-ganancia-es-p%C3%A9rdida.pdf ), y lo reafirmamos también en la nota del día 29-08-2013, dicho impuesto debe eliminarse y vamos por ello.
Pero en la nota del día anterior (28-08-2013), decíamos que la medida había sido un triunfo de los trabajadores y la clase obrera y, por ende, un retroceso de la burguesía monopolista en su conjunto en todos los planos.
Es que en el proceso de la lucha de clases, lo determinante no es tanto la conquista del tipo económica o reivindicativa en sí que, por cierto cuando se logra, como en este caso, aunque sea parcial, significa un momento de oxígeno en el camino de la lucha por el poder y la liberación. Lo sustancial, es que toda conquista económica o reivindicativa, política e ideológica, tiene un sentido de avance y retroceso en lo económico, en lo político y en lo ideológico que se da simultáneamente en el movimiento de los dos bloques en pugna: burguesía monopolista y el Estado a su servicio, por un lado, y proletariado y pueblo por el otro. En este caso, significó un avance para el pueblo y un retroceso para la clase dominante.
Ver la lucha desde esta perspectiva disminuye el riesgo de caer en confusiones que al presentarse el árbol por delante, nos tape el bosque.
Es que mientras la burguesía tenga el poder, hará todo lo posible por recuperar los porcentajes de ganancia que se vea obligada a ceder por el avance de las fuerzas populares. Entonces lo que hoy tuvo que otorgar, mañana intentará sacarlo con otra ley, decreto o medida gubernamental, o simplemente mediante la inflación (aumentos de precios).
Por supuesto que el envoltorio con el que presentará esa nueva medida será “nacional y popular” o como un paso dado a “favor de los trabajadores y el pueblo”, tal como lo hace siempre, mintiendo cínicamente. Y en el caso del aumento masivo de precios (inflación), se pondrá la careta de víctima de una catástrofe originada en una fuerza inmanejable que “afecta a todos por igual”.
En la lucha de clases las conquistas reivindicativas y económicas pueden ser parciales o totales, pero siempre, debemos tenerlo muy claro, la burguesía intentará volver sobre sus pasos para recuperar la ganancia perdida, porque toda conquista para los trabajadores y pueblo son arrancadas de la ganancia burguesa.
Ahora, en donde les es más difícil volver sobre sus pasos, es en los otros dos aspectos que completan la lucha de clases: el político y el ideológico.
Porque aunque monten un show pretendidamente exitista y salgan con sonrisas y declamaciones a decir, como en este caso, que se elevó la base no imponible porque se “busca el bienestar de más de un millón de trabajadores” y muestren la medida como una iniciativa de ellos, no pueden ocultar que en realidad fue una medida de repliegue. Una medida que, obviamente no deja conformes a los trabajadores a quienes se seguirán descontando sus ingresos, sino que además deja disconforme a toda la burguesía monopolista que le enrostra al gobierno su incapacidad manifiesta para la defensa de sus intereses.
Los trabajadores tendrán un argumento más para luchar por la eliminación del impuesto aludido, pues si era injusto para quienes hoy están liberados de pagarlo, también es injusto para los que aún lo deben pagar, porque el salario no es ganancia.
Pero esta medida, mella aún más, las frágiles relaciones entre los monopolios que compiten por apropiarse de mayores pedazos de la torta y entre estos monopolios y el Estado regenteado por el gobierno que se vio obligado a tomar esta medida como mal menor ante la presión, lucha y movilización de las masas que ponen en vilo la estabilidad capitalista.
A ello se deben las peleas internas recrudecidas en estos últimos días en los estamentos del poder. Obviamente no son causadas únicamente por el aumento del mínimo no imponible, sino que ello ayudó aún más al ahondamiento de su crisis política crónica, generada por la ingobernabilidad de las masas que profundizan su auge.
Volver sobre sus pasos para sacar mañana lo que hoy otorgaron, también le significará a la burguesía monopolista otra profundización de la crisis política, y así sucesivamente…Y todo retroceso y debilidades en lo político en su terreno, significa simultáneamente un avance y fortalecimiento en el terreno de las fuerzas del proletariado y el pueblo que en cada paso dado, se foguean, acumulan mayores fuerzas, se organizan, y profundizan lazos de unidad.
En lo ideológico, con estos triunfos de carácter eminentemente políticos, se van esclareciendo con mayor nitidez, a medida que avanza el proceso de lucha de clases, el enemigo común a combatir, el papel del Estado a favor de los monopolios, el papel de cada una de las clases confrontadas, los lazos de unidad que debemos ir tejiendo y cuál es el camino revolucionario que debemos recorrer hacia la liberación definitiva y la conquista de una vida digna.