Desde la iniciativa tomada por dos adolescentes de la provincia de Mendoza, se organizó a través de Facebook una “rateada” que congregó entre 3000 y 4000 estudiantes en la Plaza Independencia, la más importante de aquella ciudad.
Los medios de la provincia alertaron sobre los “peligros” que traía que semejante cantidad de jóvenes se reunieran allí; sin embargo, la jornada se desarrolló sin ningún problema. Muy por el contrario, tan bien salió que ya se está programando otra iniciativa, esta vez nacional, que incluye reunir alimentos para ayudar a comedores comunitarios.
La prensa burguesa y sus voceros se escandalizaron; hasta han llegado a pedir represión para lograr desactivar esta movida de los estudiantes, y hacerlos volver a la escuela. No han ahorrado crítica ni calificativo, con la pretendida preocupación por la educación y el futuro de la juventud.
Sin embargo, detrás de esa reacción se esconde la impotencia del poder de la burguesía, que se desespera cuando comprueba que la autoconvocatoria tiñe toda la práctica social y política que está definitivamente enraizada en el pueblo argentino, sobre todo en los más jóvenes, y camina a contracorriente de toda su institucionalidad.
Porque estas manifestaciones de nuestra juventud expresan otra señal de la búsqueda de nuestro pueblo por encontrar una salida a la vida indigna que nos quieren imponer. Y esa búsqueda viene por afuera de todo lo que la burguesía sostiene, sostuvo o sostendrá. Así que, bien hacen en escandalizarse y preocuparse.