Llegamos a las elecciones y la democracia burguesa sigue siendo lo que es

Más dictadura del capital financiero que se disfraza con una elección cada cuatro años y se distancia cada vez más de las aspiraciones populares.

Este es un Gobierno que ha trabajado sobre varias aristas, por un lado desde el Estado que es de los monopolios,  se subsidió a definidos sectores de la burguesía monopolista, superexplotación a la clase obrera y por otro lado un subsidio para “apaciguar” por un lado y por el otro para “amortiguar” la muerte de vastos sectores productivos de la sociedad que han sido atropellados por el interés de la ganancia y el proceso de concentración.

El subsidio a las empresas es notable y es la punta de lanza del proyecto. A modo de ejemplo.

Con bombos y platillos se anuncia una “inversión” de 600 millones de dólares en toda la zona productiva  del norte de Santa Fe que le hará “muy bien al país” en épocas de crisis internacional,  y de momentos de restricciones para el pueblo.  El ex senador y empresario agroindustrial Roberto Urquía (hombre de los monopolios en una institución del Estado), dueño de Aceitera General Deheza, dio el informe durante la reunión anual de la cadena de biocombustibles celebrada en Avellaneda, Santa Fe.
“…”Estimamos que con las inversiones que hay en curso y las que se están analizando, para el 2015 Argentina puede llegar a producir siete millones de toneladas de biodiesel””, indicó el empresario durante el evento, que celebró el cuarto aniversario de la primera exportación argentina de biodiesel y del que participó el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.

Para el último trimestre del año, el sector cuenta con la incorporación de un gigante que estuvo dormido detrás de muchas de sus competidoras. Ahora Cargill anunció una inversión cercana a los u$s 120 millones para entrar al negocio local de bioenergía, con una planta que tiene una capacidad anual de 240.000 toneladas de biodiesel.
La estadounidense Louis Dreyfus Commodities (LDC), por su parte, anunció planes de expansión y con un desembolso de u$s 40 millones levantará una nueva planta de que comenzará su producción a partir de marzo de 2012 y que tendrá una capacidad de 300.000 toneladas anuales.
Se les sumará Unitec Bio, del Grupo Eurnekian, que con una inversión de u$s 70 millones ampliará su actual planta de biodiesel para llevar la capacidad instalada a 240.000 toneladas anuales durante el segundo semestre de 2012.
Más adelante llegará la inauguración de la nueva planta de Renova, propiedad en partes iguales de las locales Molinos y Vicentín, y de Oleaginosa Moreno, del grupo suizo Glencore.
Otros proyectos de menor envergadura engrosarán la producción nacional de este combustible a base de aceite de soja que se multiplicó por 15 en cuatro años. Además, elevó exponencialmente el nivel de sus exportaciones de la mano de una nutrida demanda internacional y de una ley local de promoción. La norma contempla millonarias exenciones impositivas a las empresas elaboradoras para proteger el ambiente mientras mitigan la escasez energética nacional.
Se calcula que, sumando al etanol que en el país se elabora en base a caña de azúcar, el Gobierno otorgará exenciones por u$s 450 millones durante 2012, según prevé el proyecto de Presupuesto Nacional.

Mientras estos subsidios (ellos los llaman exenciones) fueron anunciados, debemos recordar que el proceso de concentración ha sido a favor de 6 empresas que concentran el 90 % de la cosecha del país, no casualmente ha tenido actores como: Cargill, Aceitera General Deheza, Bunge, Molinos Río de la Plata, Vicentin y Louis Dreyfus Commodities.

Para sostener este aberrante proceso de concentración el gobierno de los monopolios, (de éstos ya nombrados y otros tantos), tiene que destruir una sociedad desde las entrañas mismas del sistema. A la clase obrera promete sangre sudor y lágrimas y a millones con salarios de subsidios miserables para apagar el fuego del dolor y bronca ante el despojo de su futuro, millones de trabajadores con puestos de trabajo alienantes y que le son ajenos intentando apichonarlos con planes encubiertos o  abiertos para calmar la bronca subyacente del arrebato de los monopolios.

Solo un futuro inmediato de lucha revolucionaria

Esta democracia de los monopolios necesita del voto del domingo para arribar a nuevos y confortables negocios, para nuestra clase obrera y el pueblo el día lunes seguirá plantando bandera ante cualquier intento de hacer recaer la “crisis”  mentirosa sobre nuestras espaldas a sabiendas de los fenomenales negocios que están embolsando basados en nuestra explotación y opresión y ¿Por qué no? intentos continuos de extorsión y engaño. ¡A esto se lo llama lucha de las clases!

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