Si a la burguesía le va bien… al pueblo le va peor.

Con una vieja receta, el gobierno de los monopolios, en todos sus desencantados discursos, intenta introducir una vieja y ya conocida idea de que «si a la burguesía le va bien, al pueblo, supuestamente, también debiera irle bien». Esta vieja idea capitalista apunta a hacernos creer que para que la clase obrera y el pueblo obtengan mejores condiciones de vida, es necesario que la burguesía monopolista obtenga mayores ganancias.

Al ritmo de la ridiculez, hacen un llamado a la clase obrera y al pueblo a no pedir aumentos salariales en paritarias, como también a recibir felices, el aumento en las tarifas de los servicios públicos que intentan imponer.

Así es como el ministro de energía, Juan Aranguren, sale a anunciar que: «en los próximos dos meses vendrán los aumentos tarifarios, con el fin mejorar el servicio eléctrico y de obtener inversiones», mientras que el ministro de hacienda Prat Gay, sosteniendo la posición, en una entrevista televisiva, minimiza el anuncio diciendo que: «200 pesos de aumento en las tarifas no es más que el valor de 2 pizzas». Este mismo personaje siniestro, con tono amenazante y con aire de chantaje, refiriéndose a la disputa salarial, dijo en estos días: «me parece que acá no es solo la dimensión del salario, si no la de cuidar el empleo. Cada gremio sabrá hasta qué punto puede arriesgar salarios a cambio de empleos». 

En un estúpido intento de pretender culpar a la clase obrera y al pueblo de la crisis económica, como si fuera a raíz de la irresponsabilidad por luchar por una vida digna, pretenden caminar sobre nuestras espaldas con ajustes, inflación y el freno del aumento salarial

El nuevo año comienza caliente en el marco de dos inmediatos frentes de batalla. Por un lado un desesperado intento de la burguesía de imponer un aumento tarifario, en medio de un descontento que se va generalizando, como una caldera a punto de estallar, frente a los permanentes cortes del servicio eléctrico y una galopante inflación. Y, por el otro lado, la inminente lucha de los trabajadores por aumento salarial en la contienda paritaria.

En este escenario, el gobierno de Macri, se anuncia en defensa a ultranza de los intereses de su clase, alertando que si la clase obrera y el pueblo le presentan batalla, «todos» saldremos perdiendo.

El capitalismo está basado en la opresión de la burguesía contra el pueblo. Y a lo largo de su corta historia, los niveles de concentración económica en cada vez menos manos, se han ido acelerando cada vez más. Indicadores estadísticos en todo el mundo afirman que, año tras año, a la vez que un pequeño porcentaje de la población mundial se va enriqueciendo cada vez más, la inmensa mayoría de la población mundial, se va hundiendo cada vez más en la pobreza. Porque es en eso en lo que radica la esencia del capitalismo. El incremento en las ganancias de los monopolios está basado en la cada vez mayor explotación a las masas trabajadoras y populares, al igual que la voraz guerra intermonopolista promueve el cada vez mayor hundimiento de las poblaciones mundiales en las catástrofes de las guerras por el reparto de los mercados, como también el movimiento de capitales a través de la venta de armas y la reconstrucción de territorios, como negocio inmobiliario, luego de la destrucción por las guerras.

Podríamos escribir extensas líneas sobre la naturaleza del capitalismo, que está basado en que los monopolios obtengan ganancias a costa del cada vez mayor empobrecimiento de la clase obrera y el pueblo, pero simplemente es a modo de aclaración, frente a la ridícula idea que «si a los empresarios monopolistas le va bien, a la clase obrera y al pueblo también les va a ir bien». La única realidad es que sólo a la burguesía le irá bien, es decir, aumentará sus ganancias, si la clase obrera y el pueblo se someten aún más a reducir sus ingresos. En suma, es allí a donde el gobierno de los monopolios propone dirigir toda su artillería política.

Es por eso que no debe haber ninguna tregua ni paz social que pretenda hacernos retroceder nuestras conquistas. Por el contrario, es necesario profundizar los niveles de enfrentamiento para seguir avanzando en nuestras conquistas. La única forma de conseguir mejoras en nuestra condición de vida es arrancándoselas con la lucha a la burguesía y a su gobierno.

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