A 40 Años del apagón del terror en Ledesma, Jujuy, los obreros clavan una estaca en la lucha

La lucha de los trabajadores del Ingenio Ledesma en Jujuy, por aumento salarial, y luego de 8 días de paro total de actividades y corte de la Ruta Nacional 34, pasó a un cuarto intermedio hasta el día 9 de agosto. Si bien es cierto que el acuerdo no está muy claro, la tirada final llegaría a $ 16.100.-, y no a $ 16.363.- que era el reclamo inicial de los trabajadores. Igual, éstos aseguran que si bien lo que más les preocupa es el salario, también son los tiempos de trabajo como los puntos más críticos.

Es importante aclarar que luego de una brutal represión sufrida en las puertas del Ingenio Ledesma, no sólo se continuó la medida de fuerza sino que el corte de la Ruta Nacional 34 por tiempo indeterminado fueron factores decisivos para que la patronal se sentara a abrir negociaciones que en un principio se habían negado a continuarlas; al tiempo que se comprometió la empresa a no tomar ningún tipo de represalias, como despidos, por el movimiento huelguístico.

El contexto político en el que se da esa tregua no es menor: el sábado 23 de Julio se cumplieron 40 años de los Apagones del Terror donde se secuestraron en esa noche de 1976 a 400 personas entre trabajadores y vecinos, de los cuales aún siguen 30 desaparecidos. Los Blaquié, dueños de la región y patrones del Ingenio Ledesma fueron quienes, junto a los militares, pergeñaron tal siniestro plan para frenar la lucha de los trabajadores del ingenio. Hoy, 40 años después, los trabajadores persisten en su enérgica y tenaz lucha contra los mismos patrones, con una salvedad: que si bien la lucha de clases y sus causas son las mismas que entonces, una tremenda movilización recordando tales nefastos hechos, donde se movilizaron organizaciones de derechos humanos, de estudiantes y trabajadores, culminando en el corte de los obreros de Ledesma, marca a las claras que la disposición a la lucha de nuestro pueblo les ha quitado margen a los portadores de los momentos fascistas más nefastos de nuestra historia, sentándolos a una mesa a negociar las demandas.

He aquí una muestra clara de que nuestro pueblo no sólo está dando batalla, sino que prepara las condiciones para mejores y más contundentes victorias, sumergiendo aún más a la burguesía en su debilidad política.

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