El oportunismo ya piensa en las elecciones

Hay momentos en la historia de la lucha de clases que se encaminan en forma más directa a un punto de inflexión. A una nueva calidad en el proceso revolucionario.

No importa ya tanto el grado embrionario en el que nos encontramos sino en cómo los revolucionarios intervenimos para acrecentar las fuerzas materiales de la revolución.

He aquí uno de los desafíos más grandes de este momento, cuando el movimiento de masas y del proletariado en particular va asumiendo en los hechos la democracia directa en diversidad de manifestaciones.

La desconfianza a las instituciones del Estado, su carácter “representativo” está cuestionado por la vida misma.  Pero lo cierto es que lo dominante institucionalmente sigue siendo el arriba, dominan los que deciden todo en recintos parlamentarios a espaldas y contra el interés de las mayorías explotadas y oprimidas. LOS “REPRESENTANTES”

¿Que está cambiando? Que lo embrionario, lo nuevo que está naciendo ha comenzado a tallar en la política nacional. Y es esa nueva calidad la que inquieta a todo el sistema “representativo”. Sus primeras reacciones son un llamado a respetar las instituciones burguesas y hacerlas actuar con puño cerrado, fundamentalmente el de la “justicia” y la represión.

Pero la clase dominante tampoco duerme en la cuestión ideológica y entre sus variantes de herramientas utiliza a destajo la “institucionalidad” que promulgan fuerzas progresistas y de izquierda cuando la lucha de la clase obrera empuja a una salida política y organizativa independiente de la burguesía. Aparece expresamente el respeto por la “institucionalidad burguesa” por sobre el interés de la clase.

La democracia directa, la democracia obrera, comienza a romper la lógica de la democracia burguesa, la “representativa”, y es allí en donde se tensan todas las contradicciones del sistema.

Mientras la clase obrera da serios signos de resistencia activa en varias luchas de carácter nacional, que se comienza un período histórico de reconocerse como clase, las fuerzas electorales enquistadas en la clase obrera intentan dar garantías institucionales a la clase dominante intentando desviar o debilitar la embrionaria independencia de clase adquirida hasta este momento.

No pocas expresiones de estas luchas son abordadas por fuerzas electoralistas de izquierda y del progresismo para captar dirigentes obreros para las próximas elecciones. Manipulan, exacerban sus prácticas burocráticas e intentar desarmar la fuerza que viene de abajo.

Pero no les es fácil cuando en ellas las ideas revolucionarias comienzan a pesar. Cuando los funcionamientos de asambleas soberanas empiezan a despegarse de ese verticalismo burocrático.

La democracia directa comienza a pesar tanto en la conciencia como en la organización aún en una inferioridad de fuerzas importante. ¡Pero pesan!

En este primer escalón embrionario el cual hay que fortalecer en el plano ideológico, político y organizativo todas las batallas son a ganar, a pesar de avances y retrocesos momentáneos.

La clase obrera debe profundizar su independencia política basada en la democracia directa, demostraciones prácticas que nuestro proletariado viene asumiendo a pesar del peso propagandístico del poder.

Es en ese camino de construcción de lo nuevo en donde hay que disputarle a todo el oportunismo de izquierda sus tácticas que se disponen a poner en primer plano la disputa electoral, amortiguar la lucha de clases y crear falsas expectativas que el sistema capitalista tiene herramientas para dar solución a los graves problemas del pueblo.

En las nuevas vanguardias obreras que ya se han dispuesto a resistir hay que debatir las ideas revolucionarias para que las nuevas embestidas se vayan fortaleciendo y las mismas se encaminen a los cambios revolucionarios.

Es en ese elevamiento de la conciencia en donde la lucha contra el oportunismo y reformismo adquieren relevancia. No hay capitalismo bueno o malo, hay capitalismo.  El Estado le pertenece a los monopolios y ellos controlan las instituciones. La clase obrera genera la riqueza. Son algunas de las cuestiones cotidianas a debatir en la clase entrelazadas con las políticas y organizaciones independientes a seguir desarrollando.

Compartí este artículo