Plomo y más plomo

La fábrica de reciclado de baterías para autos es un buen nombre para la razón social de una empresa. En apariencia dedicada a desmenuzar los acumuladores y reinsertados de nuevo en el mercado como materia prima de productos plásticos, o en la elaboración de placas de plomo, balas, caños, contrapesos de barcos y en aleaciones de otros elementos industriales.

La fábrica en cuestión es una fundición de plomo, se llama Industria Piñero y está ubicada en el radio del departamento Piñero (Santa Fe), a unos 500 metros del cruce de las rutas 113 y 12. Esta última es la que pasa por la automotriz General Motors (GM).

Tiene 60 personas trabajando. 40 son obreros, 16 administrativos y 4 vigilantes. 30 obreros estuvieron intoxicados con plomo, tienen saturnismo. Estuvieron dos años a cargo de la ART Provincia. Ninguno se recuperó. Al finalizar ese tiempo de rehabilitación, la aseguradora recomendó a los obreros trabajar en un ambiente libre de plomo. En la fábrica no existe ese espacio. La ART Provincia les dio el alta a todos con plomo en la sangre pero sin ninguna incapacidad. Como no existe ese puesto de trabajo, la empresa según la ley puede despedir a los obreros con el 50% de la indemnización. Así lo está haciendo.

Los obreros con saturnismo se quedan sin trabajo, sin indemnización, sin cobertura social ni médica. Descartados y desocupados. Es decir, sin porvenir, pero con plomo que les impide encontrar trabajo, porque en el empleo escaso, nadie toma obreros enfermos. Eso está pasando hoy.

Muchos, la mayoría, se vio obligado a trabajar aún en el periodo bajo la ART. Por el Corona virus, en el 2020 hubo largos meses en que la empresa estuvo cerrada. Y el 2021 la actividad es de lenta recuperación. Pero aun así los márgenes de ganancia del patrón con un obrero son siderales.

Un obrero puede cobrar 40.000 pesos, el patrón embolsa 10 millones en su bolsillo. Así solo no se puede pelear. Es mucha la diferencia de fuerzas.

La empresa no paga ninguno de los aumentos de las paritarias, no paga las remuneraciones fijas mensuales o las paga atrasadas en meses y desactualizadas. No paga las categorías, la antigüedad, las vacaciones en término, los turnos rotativos, las horas nocturnas, las calorías, la insalubridad, porque hay que usar la máscara con filtro de carbón las ocho horas.

El ambiente de trabajo es de temperaturas elevadas y de polvillo tóxico las 24 horas. Cambia el turno de los obreros según su capricho y conveniencia. No entrega los elementos de seguridad y protección convenientes a cada puesto de trabajo. No paga a tiempo la obra social, entonces la asistencia es suspendida. No paga los aportes a la jubilación, aguarda que larguen las moratorias para acogerse a un plan que al poco tiempo lo incumple. Como si esto fuera poco, tiene o sufre claustrofobia por la organización de los trabajadores: no quiere delegados.

El círculo de la delincuencia se cierra con la evasión. A la actual razón social la vacía. La endeuda con los proveedores, con los obreros y con el Estado. Cuando las deudas y los acreedores estallan, cambia el nombre de la razón social y les ofrece trabajo a los mismos obreros en un chantaje social de impunidad absoluta.

En todo este proceso de vaciamiento, crea empresas fantasmas que acumulan las ganancias del plomo que vende en el país y del que exporta, que no dudamos, lo atesora en algún paraíso fiscal del mundo. Dice que la empresa corre riesgo de cerrar todos los meses y con ese argumento vuelve a chantajear a los obreros.

Pero la cosa esta cambiando lentamente. En los últimos seis meses los obreros sanos y enfermos que siguen trabajando, hicieron tres paros. Por los aumentos impagos, por los incumplimientos en las fechas de pago y otras conquistas que los obreros llaman plata, que la cosa es por plata, dicen.

El último fue el 19 de febrero de este año. Los obreros se enteraron que el patrón pretendía pagar la quincena con una semana de atraso, pero con el paro sorpresivo, los sueldos de la quincena fueron depositados a las cuatro horas. Como dicen los obreros, se ve que es por plata nomás la cosa.

Nada es seguro, cada día se revisan las conductas, hay de todo, jetones, audaces, quedados y cameros. Pero cuando las luchas y las pequeñas conquistas suman en el bolsillo, nadie afloja.

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