Sin necesidad de evaluar la efectividad de las medidas promovidas desde el gobierno para “contener” los precios de la carne –basta fijarse en lo que está pasando ahora con los valores hipotéticamente controlados por Guillermo Moreno-, no podemos dejar pasar los recientes anuncios conocidos a través de la secretaria de Comercio Interior.
Las medidas para contener el precio de la carne son absurdas, como siempre; pero además alguien debería avisarles que llegaron tarde, muy tarde…
Y esta vez, a las mentiras de siempre se le suma un elemento inevitable que se deja ver a los ojos de todos: el carácter de clase del gobierno de los monopolios.
No estamos descubriendo nada nuevo, obviamente, pero tratándose de un tema tan sensible para la amplia mayoría de los argentinos, el tema merece un comentario político.
Resulta ser que a partir de ahora y decretado por el gobierno, la humanidad de la pobre vaca argentina se encuentra dividida en tres categorías, bien de clase.
- Carne Premium: incluye a la colita de cuadril, el bife ancho y el angosto, el peceto, el cuadril y el lomo; cortes que no serán controlados por el Gobierno ya que dicen que «el que quiera comer esos cortes, que los pague más caro»…
- Carne Semi Premium: incluye la nalga y a bola de lomo, que “tendrán precios de referencia y serán monitoreados desde la Secretaría”, como hasta ahora…así nos va.
- Y por último, los Cortes Populares (que son los que más aumentaron en el último mes): entre los que se encuentran la falda, el ossobuco, el roostbeef, la paleta y la carne picada, que “serán controlados de manera estricta por el equipo de Moreno”, fijando sus hipotéticos topes que nunca se cumplieron ni se cumplirán.
Nobleza obliga, hay que agregar que entre los cortes populares, también está el asado (un poco de populismo nunca viene mal al gobierno…), que se consigue después de un largo peregrinar y de hacer una investigación exhaustiva de todas y cada una de las carnicerías del barrio y supermercados, en algunos casos –y no en todos- “en oferta” ¡¡¡ a 24 pesos el kilo!!! En buen romance, la decisión del gobierno de los monopolios es muy clara: carne para ricos y carne para pobres…, bien pobres… Y los que no entremos en esta lista (cada vez más) que nos jodamos, o que vayamos a comer carne de cerdo o de pollo…
Perdón, olvidábamos que después de un anuncio semejante a este, realizado por la presidenta Cristina Fernández (el del chanchito afrodisíaco, ¿recuerdan?) nadie encontró el kilo de cerdo al precio que se dijo, al contrario, hizo aumentar el cerdo, y a la palestra duplicó el precio del pollo y de un montón de productos más. Ya lo dijo la Cámara de la Industria y el Comercio de la Carne, cuando desestimó “que el precio del producto vaya a bajar”, y que lo que va a pasar es “que nadie va a encontrar los cortes a los valores que se anuncian».
Esta situación es insoportable y tiene una repercusión directa en los trabajadores y sus familias, no sólo como consumidores sino como el eslabón de la cadena que pretenden apretar los empresarios y el gobierno para continuar con su fiesta de ganancias. Pero la cosa recién empieza…
En diferentes frigoríficos del país y frente al incremento descomunal en los ingresos de las empresas, los trabajadores aprietan a los sindicatos y les plantean que el piso del ajuste salarial para este año debe ser del 40%, y que la lucha será a cara de perro.
Como era de esperarse, dicen los frigoríficos que se negarán a aceptar este pedido. Pero como ya sabemos, la burguesía propone y la lucha de clases dispone…