La noticia aparece alarmante y temeraria. China deja de comprar aceite de soja producido en la Argentina. La consecuencia de esta medida es que el país pierde ingresos por 2.000 millones de dólares.
Nos preguntamos: ¿Hablan del mismo país que exporta aceite de soja, y alimentos para cientos de millones de personas en el mundo, y que no garantiza el plato de comida diario a millones de sus habitantes?; ¿los 2.000 millones que no ingresan los pierde el país o los monopolios exportadores?
Lo mismo ocurrió con la huelga en el Puerto de Rosario. Los medios burgueses lloraban lágrimas de cocodrilo diciendo lo que se perdía por cada día de huelga, ocultando que los que perdían eran los monopolios exportadores de cereales, los mismo monopolios exportadores de aceite de soja; los mismos monopolios que exportan y exportan saqueando nuestras riquezas y empobreciendo al pueblo argentino.
Siempre la burguesía hizo lo mismo. Atar el futuro del país a su propio futuro como clase. Si a ello les va mal, al país le irá mal. Sin embargo, a ellos cada vez les va mejor y a la Argentina y su pueblo cada vez nos va peor.
Si ellos pierden negocios y mercados, seguro encontrarán otros; pero de eso el pueblo sólo participa siendo explotado para generar las riquezas que la burguesía se apropia. No tengamos duda alguna: Ellos de un lado y los trabajadores y el pueblo del otro.
Nuestro destino sólo depende de nosotros mismos.