Como lo hemos comentado más de una vez, las fronteras provinciales no cuentan para las petroleras, como tampoco cuentan las fronteras de los países.
Así es que, la zona que se denomina como la cuenca neuquina, se continúa en realidad en Río Negro, y a lo largo de las márgenes del Río Colorado se ven florecer los yacimientos.
Este es el caso de los que explota la empresa Chevron al norte de General Roca, que se pueden ver por el camino que pasa por el dique Casa de Piedra.
Esta “expansión” se viene dando desde hace un tiempo e incluye también zonas de la provincia de La Pampa, proceso que estimamos se acelerará con el plan de exploración que tiene Repsol denominado 2014-2030 y que incluye a todo el país.
Pero todo esto ha generado una serie de disputas no deseadas por la burguesía, como es la feroz contienda que se da entre los gremios por la jugosa cuota sindical y el correspondiente descuento para la obra social…
Así, el Sindicato del petróleo gas y biocombustibles del norte de la Patagonia (que responde a la federación) se enfrenta con el Sindicato de petróleo y gas privado de Neuquen, Rio Negro y La Pampa, cuyo secretario general es Guillermo Pereyra, que rompió con la federación hace un año por cuestiones de dinero entre mafias.
Esta lucha de intereses se está saliendo de madre, ya que por la presión de Pereyra fueron despedidos dos delegados que revistan en el otro sindicato; los trabajadores cortaron el ingreso a dos de los yacimientos de Chevron a unos 30 km. al norte de la ciudad de General Roca (Río Negro) y la cosa se puso tan tensa que Chevron contrató seguridad, sí, puso la guita al grupo BORA para resguardar las instalaciones de las dos plantas paralizadas por los piquetes.
La medida continuará hasta la reincorporación de los despedidos.
Estos hechos nos muestran por un lado cómo la trasnacional hace uso directo del aparato del Estado, en este caso, el aparato represivo. Tengamos en cuenta que el grupo BORA es un cuerpo especial de represión adiestrado para la contienda social.
Los usa para tratar de poner en caja a 150 trabajadores en lucha en medio del desierto patagónico, pero a la vez, en medio del corazón productivo del monopolio petrolero, saben que con la policía provincial les es insuficiente. Los policías de una comisaría de Roca también llegaron, pero para labrar un acta administrativa…
Más allá de que todo esto aparezca a la superficie como una disputa entre las mafias sindicales, les es imposible ocultar que se cuela por abajo el reclamo legitimo de los trabajadores, por sus derechos y por su dignidad.