Mientras millones de argentinos nos debatimos en cómo sobrevivir y llegar a fin de mes cubriendo las necesidades mínimas de nuestras familias, el gobierno de los monopolios destinó casi 65 millones de pesos por día durante los primeros tres meses de 2010 para abastecer de subsidios a las empresas; algo así como 2,67 millones de pesos cada 24 horas. Más allá de los discursos que anuncian intentos de poner un freno a estas transferencias, el Tesoro nacional libró en ese período, cheques por 5.785 millones de pesos en subsidios a diversos sectores económicos; esto significa un incremento de más del 10% respecto al primer trimestre del año pasado.
Uno de los sectores beneficiados por todas estas prebendas son las terminales automotrices, lo que les permite hablar de volúmenes históricos de producción, pisar el acelerador y buscar un nuevo récord hacia fin de año; por supuesto que todo esto, haciéndolo recaer sobre las espaldas de los trabajadores, con más explotación, peores condiciones de trabajo y salarios planchados.
Para muestra de las buenas relaciones entre el gobierno y estos sectores, puede mencionarse la reciente visita que Alan Mulally, CEO global de Ford, hizo a Cristina Fernández de Kirchner. Estuvo sólo seis horas en Buenos Aires, pero le alcanzaron para dejar todas las directivas en donde lo tenía que hacer.
Y no es para menos. Entre enero y abril, se produjeron 181.497 vehículos, un 66,8% más que en el cuatrimestre inicial de 2009. Estas cifras proyectan un volumen anual que perforaría el techo de los 700.000 autos fabricados en el país.
Las terminales locales encaran una nueva ola de inversiones, después de los u$s 2.500 millones desembolsados entre 2004 y 2009. De hecho, Ford ya anunció $ 1000 millones para fabricar un nuevo vehículo en su fábrica de General Pacheco; a fin de año, Renault lanzará el modelo que alumbró el programa de $ 500 millones divulgado hace un año. Después de poner $ 1700 millones, Volkswagen lanza Amarok y analiza realizar una ampliación a su fábrica de cajas de cambio de Córdoba, superior a los u$s 100 millones.
Sergio Rocha, presidente de GM Argentina, promete una nueva plataforma antes de 2013 para su complejo de General Alvear, en las afueras de Rosario. Los planes de PSA Peugeot Citroën, Mercedes-Benz, Toyota y Fiat, van todos para adelante; lo mismo que pasa con los nuevos proyectos de la fábrica de Honda y de la china Chery.
Esta es la realidad de las grandes empresas en nuestro país: a costillas nuestras se están llenando lo bolsillos, mientras nosotros seguimos sumando postergaciones tras postergaciones. ¿Dónde está escrito que esto deba ser de esta manera?
Así como la burguesía monopolista tiene un proyecto propio (que es éste, demostrado de pe a pa), desde la clase obrera también tenemos un proyecto de poder en contra de este sistema. Y allí se desarrolla la lucha de clases, álgida, vibrante, decidida, manteniendo firme el timón, en esta lucha irreconciliable contra el poder burgués.