La gran mayoría de las 170 empresas que se encuentran radicadas en el Parque Industrial de Pilar no escapan al estado de ánimo que vive todo centro fabril en la Argentina: la agitación creciente por la cuestión del salario.
Con la mentira de las paritarias resquebrajándose, los sindicatos desprestigiados y repudiados y la burguesía en estado de pánico, la clase obrera avanza firmemente en el camino de la autoconvocatoria por la conquista de los reclamos. No hay prácticamente empresa en todo el distrito en que el debate salarial no forme parte de las discusiones de pasillo y vestuario cual partido de la selección. Todos opinan, todos actúan, ¿cuántas plantas tienen sus frentes escritos con aerosol o sus pasillos sembrados de volantes? Muchas, y los distintos sindicatos se vuelven locos por tratar de encausar toda acción independiente autoconvocada dentro de los carriles “normales”, es decir, de la negociación a espaldas de los trabajadores, de las vías legales, etc. En una palabra: jugando en el terreno de la burguesía. Pero el aprendizaje que está realizando esta clase obrera, nueva, joven, a base de organización y lucha al pie de la máquina, involucrando e involucrándose, lejos está de terminar siendo absorbida por el aparato sindical tradicional, corrupto y decadente. Al contrario, se encuentra ávida de nuevas formas de organización, de una nueva propuesta.
Y aquí radica el desafío. El partido del Pilar tiene una amplia diversidad de industrias: metalúrgicas, medicinales, plásticas, frigoríficos, químicas, autopartistas, alimentarias, etc. La gran mayoría, concentrada en el Parque Industrial. Y la extendida lucha salarial que abarca a todos estos centros debe ser unificada localmente. La burguesía pretende encorsetar la pelea salarial dentro de cada gremio, la clase obrera de Pilar debe responder con la unidad de todas las fábricas, independientemente de qué rama sea, para golpear conjuntamente.