La burguesía se preocupa, la clase obrera ejercita su fuerza

Los empresarios comienzan a hacer pública su preocupación de los resultados y el tono que va tomando la lucha salarial, y la resultante que puede traer esta oleada de reclamos que sobrepasan holgadamente los objetivos que se habían fijado, junto a los gremios, de no superar el 19% ó el 20%.

Atrevidamente le piden públicamente al gobierno que tome alguna medida, que haga algo, para poner fin a esta “escalada”; y acto seguido amenazan con que esto puede ser peligroso y nos puede llevar a una desestabilización de sus planes estratégicos dados los compromisos contraídos.

A decir verdad, lo que más les preocupa y no se atreven a decir públicamente, es el movimiento de rebeldía, lucha y organización que la clase obrera ha ido gestando, con la resultante que en los últimos meses, con muy poco, le alcanzó y sobró para quebrarle sus planes. Lo cual significa que nada será como hasta ahora pues en el marco de una crisis política nacional y mundial de la burguesía, que nada puede solucionar, y que los pueblos del mundo no están dispuestos a aceptar seguir pagando las crisis de sus negociados, lo único que les faltaba es que su enemigo principal, la clase obrera, comience a quebrar en los próximos meses toda la maquinaria que vinieron implementando durante años de división, extorsión, amedrentamiento y chantaje, recostados en una súper tecnología que los llevó a impensados niveles de súper explotación.

Con la “llegada del fin de las ideologías”, blandiendo a los cuatro vientos la inexistencia de la clase obrera, y con el capitalismo como el sistema único y universal de aquí a la eternidad, pensaban los monopolios que podían, en nuestro país, llevar el salario a los niveles asiáticos, y que aquí no pasaba nada.

Pero estos últimos meses, la clase obrera, la clase revolucionaria, se encargó de poner en el tapete, en la agenda de la burguesía, que su enemigo de clase se está levantando y esa es una pésima noticia que avizora para ellos en el horizonte grandes nubarrones, turbulencias y tempestades que nadie podrá contener. Digámoslo así: Contra la naturaleza nadie puede hacer nada.

A la burguesía monopólica no le dan los números. Pero tampoco le da un futuro esperanzador en lo político. Imaginémonos hasta qué punto está la temperatura de la caldera que los gremios truchos que llevaron adelante las paritarias truchas y se adelantaron, como es el caso de la UOM, quedaron como el avestruz; y ante las miles de luchas aunque dispersas en las diferentes empresas, van a tener que reabrir las paritarias truchas porque sino la explosión será mayor.

Ahora bien. Los trabajadores debemos subir la apuesta. Están dadas todas las condiciones. Pero ya no es suficiente con la rebeldía, a ello debemos agregarle la más amplia y profunda unidad autoconvocada, con los más variados sectores en los centros industriales, no importa la rama de producción a la que se pertenezca. De la empresa vayamos a la zona, y así generaremos un auténtico movimiento obrero revolucionario que nos permitirá recuperar conquistas perdidas como las 8 hs entre otras cosas, y nuevas conquistas. Esta debe ser hoy una de las principales preocupaciones y tareas de la vanguardia.

Ellos van a querer recuperar con nuevas subas de precios los más de 35% alcanzado, pues en última instancia la lucha económica es así. Cuando la burguesía retrocede (lucha salarial) nos lo va a pretender quitar (aumento de precios), y ahí nosotros de vuelta, a la carga. En dicho ejercicio vamos preparando las fuerzas para luchas superiores que nos lleven a la confrontación política de clase contra clase.

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