Mendoza: la guerra del gas…

los vecinos se autoconvocaran y  salieran a reclamar con cortes de rutas y autopistas
los vecinos se autoconvocaran y salieran a reclamar con cortes de rutas y autopistas

Desde que empezaron los días de frío, para muchos mendocinos ha sido una calamidad conseguir reponer el gas que consume en garrafas.

Por un lado la mentira del precio de la “garrafa social” o “gas para todos” que no se cumple en ningún rincón de la provincia donde se encarece “por flete” o porque “si no le gusta no lo lleve…”  Este hecho provocó que en los primeros días de este mes mundialista, desde varias barriadas populares, los vecinos se autoconvocaran y  salieran a reclamar con cortes de rutas y autopistas, donde se instalaron ollas populares con la finalidad exigir una solución definitiva a este problema.

Ante la gran demanda acumulada (junto con la bronca), se vieron obligados el gobierno y los distribuidores, a realizar la venta en las comisarías de los distintos departamentos, temiendo que este mal humor popular cumpliera su promesa de saquear si era necesario.

Poco a poco, desde los distintos organismos oficiales y privados, dicen que se regulariza la situación y se ha dado a conocer que en Mendoza hay casi 100.000 familias (o sea casi medio millón de personas) que dependen de este preciado recurso; que el consumo diario ronda las 7.000 garrafas, que la provincia había inyectado un extra de 35.000 garrafas para bancar una semana de suministro, etc., etc.

Lo cierto es que aún hoy siguen apareciendo desde el interior de la provincia, localidades que denuncian la falta del gas en garrafas y se sigue reclamando en forma autoconvocada la solución de este faltante, que se termina convirtiendo en un drama por las inclemencias del tiempo con temperaturas bajo cero por las mañanas y que en el día no levantan de los  15 o 16 grados.

Coinciden estos hechos, con un reflotar del “negocio” de la minera brasileña Vale Do Río Doce que estaría iniciando la explotación de sales de potasio en el sur Malargüino; y que vuelve al tapete por un lado, por el gremio de la UOCRA, que intenta que se convierta en ley un “acuerdo de partes” entre el gobierno provincial y este monopolio que se comprometía a contratar hasta un 75% de su mano de obra con trabajadores de la provincia y pareciera ser que NO está cumpliendo, contratando a trabajadores de la provincia de Neuquén.

Y por otro, un grupo decidido de militantes de la Asamblea Popular por el Agua aprovecha para reflotar su denuncia hecha hace más de un año cuando el gobierno provincial aprobó la Declaración de Impacto Ambiental a este proyecto omitiendo la oposición del Consejo Provincial del Ambiente y dio luz verde al monopolio saqueador.

Este proyecto que demandará una “millonaria inversión” que beneficiaría a todos los mendocinos, según declaraciones del gobernador, haciendo una comparación y teniendo en cuenta los equivalentes energéticos entre gas natural y envasado para garrafas de 10 a 15 kgr, resulta que: Potasio Río Colorado consumirá POR MES tantas garrafas como el consumo de garrafas de toda Mendoza EN UN AÑO.

se instalaron ollas populares con la finalidad exigir una solución definitiva a este problema
se instalaron ollas populares con la finalidad exigir una solución definitiva a este problema

Esto representa 1 millón de metros cúbicos de gas por día, tanto como el consumo residencial + comercial + oficial de toda la provincia de Mendoza, o un tercio de las importaciones desde Bolivia en 2008. Las reservas probadas de gas en el país alcanzan para sólo 8 años. A corto y largo plazo la escasez e importación de gas, y con ella el costo de la energía para los argentinos, seguirán creciendo. La fuerte contribución de Potasio Río Colorado al agotamiento de nuestro gas acentuaría esa tendencia, perjudicial para los hogares argentinos.

Como síntesis, en estos hechos vemos claramente la irracionalidad de lo que denominamos capitalismo monopolista de estado, donde no hay previsiones, donde no se contempla para nada el bienestar de la población; total cuando se terminen los recursos, se las toman y nos dejan el desastre ecológico y social que provocan en su insaciable voracidad de la ganancia.

Compartí este artículo