Es sabido que los docentes requieren capacitación permanente por los cambios vertiginosos que vivimos en esta época de la historia.
Por tal motivo, hay una gran oferta, importante en cantidad y no en calidad, de cursos y carreras destinadas a docentes. Es un gran negocio para sindicatos e instituciones educativas privadas. No debe ser casual, que no exista en este momento formación docente gratuita en horario laboral.
Los cursos de formación gratuita son, en su mayoría de buen nivel académico, pero insuficientes en cantidad de vacantes y en el puntaje que otorgan.
De la única manera que estos cursos pueden ser accesibles en términos de costos, o gratuitos es si uno se afilia al sindicato.
El puntaje es necesario para poder lograr titularizar un cargo docente y dejar de rotar por distintas escuelas como suplentes, sin tener un lugar de trabajo fijo.
En Provincia de Bs. As., existen los mal llamados promotores, que venden cursos que otorgan un mayor puntaje, en comparación con los gratuitos. Estos vendedores, promovidos por el Estado y los sindicatos, ofrecen los cursos como la gran solución para docentes interesados en llegar a garantizarse un trabajo seguro, cuando en realidad es un gran negocio.
Venden, gestionan y dan garantía de que esos cursos sean aprobados, cobrando un costoso pago en 10 cuotas, de aproximadamente $200 por mes.
Saben que es muy difícil trabajar una jornada extensa y viajar a Capital, para poder acceder a estos cursos.
La educación no escapa a la especulación económica y a la intencionalidad política de este Estado que necesita precarizar a los trabajadores docentes. Lo que sí se les escapa es la unidad que se gesta en las luchas docentes para ir en contra de estas políticas de Estado.