Sabemos que no es necesario pero, si por las dudas todavía queda algún desprevenido, vale aclarar que mientras se libra la “guerra santa” entre los medios y el gobierno K, la vida sigue adelante; y los problemas que tenemos para afrontar esa vida, también. De esta manera, lo que todos los días se palpa en la calle sobre el constante y permanente aumento de los precios, a veces, aparece en las noticias.
Por ejemplo, los vaticinios “serios” de los analistas económicos marcan que en agosto la inflación llegaría a un 2%, superando a la de julio. Lo cierto es que la economía popular se encuentra todos los días con uno o varios aumentos distintos; sea los productos de almacén, los de verdulería, los de perfumería, etc. Sobre eso no necesitamos nada ni nadie que nos la cuente pues la vivimos cotidianamente y, a la hora de las cuentas mensuales, cada familia trabajadora debemos realizar malabares para “estirarnos” hasta fin de mes.
Pero no está de más echar una miradita a lo que los economistas declaran sobre el fenómeno inflacionario. Todos empiezan por lo clásico: La emisión monetaria, el gasto público, más o menos inversión. Pero por allí a alguno se le escapa y declara: “Los pronósticos inflacionarios se deben a los riesgos que se reabra una nueva ronda de paritarias hacia fin de año”.
Magistral e inesperada muestra de sinceridad. Por un lado, que se esperan reclamos salariales; por el otro que para “cubrirse” de esos reclamos y lo que se conquiste, aumentan los precios.
Los trabajadores sabemos que lo que conseguimos ya se lo ha comido o está por terminar de comérselo la carestía de la vida. Y es cierto que nos preparamos para una nueva ola de reclamos, salariales y tantos más. Sabiendo esto, lo que nos espera por delante ya no es cómo hacer para conseguir aumentos, sino cómo salimos cada vez más organizados y más unidos para que, a la par de las conquistas laborales, vayamos cimentando las conquistas políticas.
La unidad de la clase obrera entre sí y de esta con el conjunto del pueblo, más orientar los reclamos salariales y por mejoras laborales hacia un eje político de unidad son las demandas que exigirá la nueva oleada de luchas obreras y populares. Desde allí es necesario hilvanar y tejer desde ya esas tareas, desde las más sencillas a las más complejas, para afrontar la etapa que se viene con objetivos políticos claros y herramientas de lucha que nos permitan el logro de los mismos.
Nuestro Partido aporta a esa necesidad desde los puntos que levanta en su “Programa de luchas para la construcción de la unidad popular”, que se encuentra disponible en esta misma página, y al que llamamos a difundir y hacer conocer entre los luchadores de todo el país. En cada punto de los allí expuesto podemos encontrar los ejes que motoricen esa unidad y esa organización de las que hablamos.
Cuanto antes impulsemos estas tareas, mayor será el avance que consigamos en la próxima oleada de luchas que se avecina.