La oposición política a los monopolios y su gobierno

Paraná Metal expresa hoy la lucha de la clase obrera y es una batalla de enorme importancia. Los trabajadores de todo el país debemos tener claro y seguro que, más allá del reclamo puntual, hoy es esa la manifestación más alta de las luchas que todos los días llevamos adelante.

Europa vuelve a ser noticia por las movilizaciones multitudinarias en Francia contra los recortes sociales y la huelga en Londres que paralizó los subtes, en reclamo de la reincorporación de 800 trabajadores; en la India, 100 millones de trabajadores realizan una huelga general contra las privatizaciones y otros reclamos. Las masas en el mundo siguen demostrando su rechazo a pagar las consecuencias de las barbaridades capitalistas, y este es un proceso que muy difícilmente tenga vuelta atrás. Principalmente porque no debemos quedarnos sólo con la noticia, pues detrás de semejantes demostraciones de fuerza existen innumerable cantidad de luchas que no aparecen en ningún noticiero pero que son las que condicionan la situación de enfrentamiento y confirman que la lucha de las clases está al rojo vivo. Sólo citamos un ejemplo: Catorce mineros del pozo Casares de Tremor de Arriba, en León, España, iniciaron el lunes un encierro indefinido atrincherándose a 600 metros de profundidad para exigir que se les pague los salarios que se les adeuda y para reclamar por la situación de la minería. Se puede afirmar, cuando suceden estas cosas, que las aguas están más que turbulentas.

En nuestro país, los obreros de Paraná Metal, en Villa Constitución, tienen cortada la autopista Panamericana y la ruta provincial 21 desde el jueves 2 de setiembre. Tienen a todo el pueblo de esa ciudad y alrededores movilizado y a favor de su lucha, cuestión que se expresa en muestras de solidaridad de todo tipo. Esta situación se mantiene en un silencio y ocultamiento escandalosos por parte de los grandes medios, tanto oficialistas como opositores. A la hora de enfrentar a la clase obrera movilizada, quedan atrás todas las disputas y peleas. Puede ser noticia de primera plana lo que pase en Francia o Inglaterra, pero no lo que está sucediendo a menos de 300 km. de la capital de nuestro país. Es que allí emerge la verdadera oposición política a los planes de los monopolios y su gobierno, bien lejos de sus peleas mentirosas que sí todos los días aparecen en sus noticias, como también se están poniendo de manifiesto y definiendo muchas cosas que al poder monopolista le interesa ocultar a toda costa.

En la lucha de los obreros de Paraná Metal están expresadas miles y miles de luchas cotidianas que, silenciosamente, se dan en los centros de trabajo de todo el país. En las mismas se ponen en tensión las fuerzas de las clases antagónicas, la burguesía y el proletariado, y en el terreno de esas luchas va quedando claro que los trabajadores llevamos conquistando reclamos, desde los más pequeños a los más grandes, y eso nos va preparando para afrontar nuevas peleas. En ese camino también vamos ganando la experiencia, la fuerza y la organización para presentar enfrentamiento también por los derechos sociales y políticos de la clase obrera.

Y lo que cada enfrentamiento va mostrando es la existencia de una nueva vanguardia obrera gestada en la lucha, arraigada con el conjunto de los trabajadores, con necesidad y disposición a abrazar las ideas de la revolución y de la lucha por el poder. Estos sectores han aparecido y se han destacado por llevar adelante lo más preciado que puede aspirar un trabajador cuando se trata de luchar, que es el compromiso absoluto y único con sus pares, con sus compañeros de todos los días. Así es que estamos hablando de miles de estos obreros a lo largo y ancho del país, con otras decenas de miles de obreros que caminan por el mismo camino, y que es la verdadera preocupación que hoy tiene la burguesía, de cualquier color que se pinte, más allá de la alharaca que hagan para disfrazarla.

Paraná Metal expresa hoy todo eso y es una batalla de enorme importancia. Los trabajadores de todo el país debemos tener claro y seguro que, más allá del reclamo puntual, hoy es esa la manifestación más alta de las luchas que todos los días llevamos adelante.

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