Europa vivió ayer una enorme jornada de manifestaciones y huelgas contra los planes de ajuste, con protestas que reunieron a decenas de miles de personas en varios países y una huelga general en España, la primera que ha tenido que enfrentar el gobierno de Zapatero, convocada contra reforma laboral recientemente aprobada. Todo esto inmediatamente después de la aprobación de esta reforma que –según gobierno y empresas- “flexibilizará el mercado laboral y acabará con la precariedad de muchos puestos de trabajo”… suena conocido ¿no?
En Bruselas, una euromanifestación reunió a más de 100.000 personas que desfilaron al son de las ´vuvuzelas´ y con petardos frente a las sedes de las instituciones de la Unión Europea (UE), para decir «no a la austeridad», “que la crisis la paguen ellos, que son los que se enriquecieron”.
Los participantes procedían esencialmente de Bélgica y Francia, pero también de Alemania, Polonia y Eslovaquia. «Estamos aquí para decirle al mundo lo que vale nuestra dignidad” señalaba un minero alemán que viajó con un centenar de trabajadores vestidos de blanco, con sus botas y cascos de trabajo.
«El precio de una crisis social sin precedentes lo pagaremos los asalariados», se denuncia en una de las proclamas que se hicieron públicas, enfrentando los planes de ajuste que llevan adelante la gran mayoría de gobiernos europeos, con reformas que golpean socialmente a millones de personas, como ser los planes de pensiones o la baja de salarios.
Detrás de un discurso unificado que sostiene la austeridad, la burguesía monopolista no puede esconder el efecto desastroso y directo que todos estos planes tendrán en los trabajadores y sus familias. «En defensa de los trabajadores, decimos NO a que los intereses por deudas de las empresas se paguen anulando las políticas sociales»
Además de la manifestación mencionada más arriba, varios miles de personas se manifestaron igualmente en Polonia, en Serbia, en Letonia, en La Haya, en Atenas y en Chipre.
Otras concentraciones se llevaron adelante en Portugal, Italia e Irlanda, donde la policía detuvo a un hombre que embistió la entrada del Parlamento en Dublín con un camión hormigonero en el que había inscripto «Toxic Anglo Bank», en referencia al banco irlandés Anglo Irish Bank, de reciente nacionalización.
Paralelamente, en Francia, donde el gobierno presentó recientemente un presupuesto para 2011 que pulveriza el gasto público, las organizaciones de trabajadores llamaron a una nueva manifestación pasado mañana contra la reforma de las pensiones.
Como vemos, en toda Europa, la inestabilidad política y social profundizan la crisis del sistema global del imperialismo, que golpea a los pueblos con inflación y desempleo, quienes responden con movilizaciones, luchas y duros enfrentamientos.
Queda al desnudo el fracaso de una unidad monopolista pegada con alfileres que –aunque no quiera- debe reconocer ante el mundo su imposibilidad de ser.
Todo esto profundiza la brecha existente entre los monopolios y los pueblos, que se levantan al calor de la lucha de clases, que lejos de haber desaparecido, se hace escuchar (y sentir) con toda su fuerza.