En el conurbano bonaerense, desde hace mucho tiempo, o desde siempre, la situación y la calidad de vida de las personas es cada vez peor. Muchos de los barrios, los más pobres, padecen problemáticas tales como falta de cloacas, de asfalto, de hospitales que funcionen como corresponde, de salitas de primeros auxilios. En muchos casos también la falta de agua potable se hace notar y lleva a una situación de empeoramiento de las condiciones sanitarias.
Esto no es un descubrimiento ni mucho menos un despierta bobos, sino que es una descripción de lo que el Estado quiere para el conjunto del pueblo trabajador, porque nada de lo que proyecta el gobierno es para el bienestar de la población.
Esto, en zona sur, lo tenemos bien en claro ya que las diferentes autoridades de los municipios hacen oídos sordos a los reclamos de los vecinos.
Es el caso del barrio Don Orione donde todos los vecinos venimos reclamando un hospital ya que la cantidad de gente que hay desborda la atención de una pequeña salita. En época de elecciones, los políticos hacen alguna que otra lavada de cara y con eso hacen campaña. Otro tanto ocurren en el barrio de Malvinas, en Florencio Varela, donde figura en los papeles, el asfalto de varias calles pero que en realidad eso no es así. Este año, después de largas denuncias y varias reuniones de vecinos, empezaron a hacer algunas obras de zanjas y mejoramiento asfáltico.
También en Monteverde y Rawson, una esquina del barrio de Claypole, los vecinos han cortado rutas para pedir por la instalación de un semáforo debido a la cantidad de accidentes que había en dicha ruta. El gobierno provincial tuvo que resolverlo porque sino estallaba la bronca.
Y así podríamos seguir enumerando miles de carencias que tenemos en los barrios, pero el tiempo es muy tirano por eso nos hemos dado cuenta de que sólo con la lucha y la unidad podemos modificar esta situación. La experiencia que venimos llevando a cabo en los barrios, en las fábricas, en las escuelas, etc., así nos lo demuestra. Porque sólo con la lucha, se puede poner en primer plano la voluntad de una mejor calidad de vida.
Contraponer nuestra fuerza autoconvocada a la trampa de las instituciones burguesas es cementar las bases de una sociedad distinta.