El Congreso se debate horas y horas –entre denuncias de sobornos y cachetadas que van y vienen- para ver si se aprueba o no el presupuesto para el año que viene.
Esta mugre politiquera llena horas y horas de televisión, y se transforma en la primera plana de todos los diarios… como si toda nuestra vida dependiera de eso…
Error grosero, señores políticos burgueses, NUESTRA VIDA ES AHORA, nuestra dignidad como trabajadores y como pueblo nada tiene que ver con los negocios que ustedes representan.
Mientras uds. “resuelven los grandes temas nacionales”, los que andamos de a pie en nuestro país, estamos sufriendo calamidades. Por si no se enteraron, recientemente se hizo público que chicos santiagueños viven en condiciones de esclavitud durante la cosecha de arándano, en campos de Concordia, Entre Ríos. Eso, por si no lo saben (al margen de ser el primer derecho humano que uds. tanto declaman proteger pero hacen todo lo contrario) se llama trabajo infantil, penado hasta por la propia ley burguesa.
En la denuncia se señala que anualmente más de 6.000 menores de edad (de entre 8 y 15 años) provenientes de Santiago del Estero son utilizados para realizar tareas de cosechas en otras provincias, en la mayoría de los casos en condiciones aberrantes. Nuestros pibes están siendo utilizados como obreros golondrina, engañadas las familias por una lacra de intermediarios, sufren las peores condiciones de superexplotación. La mayoría son absorbidos por las cosechas de algodón y de arándano.
Frente a esta barbaridad, en manos de un delegado del Ministerio de Trabajo de la Nación queda la respuesta oficial, si así se le pueden llamar a sus palabras.
Justificando lo ocurrido señala que “en la cosecha de algodón se usa mano de obra infantil, -criaturas de 8 y 9 años- debido a que por el tamaño de los capullos necesitan manos pequeñas para arrancarlos”.
No conforme con esto, no tuvo mejor idea que culpar a las familias, cuando dice que “en muchos casos son grupos familiares enteros los que trabajan y llevan a los chicos a los surcos, a veces en condiciones inhumanas”.
Este no es el único caso, lo sabemos. El viejo territorio de La Forestal, hoy se llama Las Petacas y es un lugar en donde los pibes son usados como señales para fumigar. Chicos que son rociados con herbicidas y pesticidas mientras trabajan como banderilleros, como señales humanas que le indican a los aviones dónde fumigar. Cuando se enferman o mueren son reemplazados por otros.
Como no puede ser de otra manera bajo este sistema inhumano, los propietarios de esas cosechas –y el gobierno que representa sus intereses- no sólo desprecian la vida de nuestros pibes sino la de todos los trabajadores; cuando hacen sus tareas sin ninguna protección a pesar de que es permanente el uso de agroquímicos altamente venenosos; cuando de los miles y miles que salen a trabajar a diferentes provincias más del 70% están en negro, cuando perciben salarios que son migajas y son sometidos a jornadas extenuantes de sol a sol.
Por eso decimos que el gran tema nacional no es el debate por el presupuesto.
El gran tema nacional, es la dignidad de nuestro pueblo.
Señores diputados, aprovechen lo que les queda para seguir haciendo que hacen, porque su cuarto de hora ya está marcado. Esa fuerza en movimiento, que nos la da recuperar la sonrisa de cada uno de esos pibes explotados, no la podrán parar con nada.