En cada oportunidad que tiene, la presidenta destaca y elogia el “modelo” de país que lleva adelante su gobierno.
Con el mayor cinismo la hemos visto o escuchado mencionar cifras de crecimiento, nuevas inversiones, negocios florecientes, logros empresariales.
Pero hace silencio absoluto sobre la profundización de las diferencias sociales que este mismo “modelo” genera y reproduce.
Ayer pudimos ver un ejemplo más de lo que este “modelo” significa: una represión sanguinaria contra pobladores que habían ocupado un predio fiscal destinado a negocios inmobiliarios.
Allí murieron dos personas de las muchas que resistieron al desalojo en Villa Soldati y hubo muchos heridos y detenidos.
Este “modelo” ya suma cinco muertos desde el asesinato de Mariano Ferreyra producto de la represión directa.
Los muertos de la superproducción y la superexplotación y de los abismos sociales y la pudrición de este sistema, nadie los cuenta.
Es que el “modelo” al que elogia Kristina es el sistema impuesto por los monopolios transnacionales y toda su corte de políticos oficiales y opositores, sólo entre a sangre y fuego.
Contrariamente a lo que esperan los hacedores de este “modelo”, esta represión sumada a la superexplotación y la miseria, sólo provoca más indignación, más descreimiento político de las masas y conduce a mayores movilizaciones y luchas contra la burguesía y los gobiernos que sostienen este sistema.