Aunque se lo quiera ocultar el conflicto petrolero está marcando el latido de la lucha de clases en nuestro país. Tiró por tierra el primer intento de pacificación para achatar el salario con el famoso “pacto social”. Ese es el principal hecho político de estos días y tiene en vereda los planes del gobierno de los monopolios.
El conflicto petrolero en la Patagonia recrudeció en las últimas horas tras la decisión de los trabajadores del personal jerárquico de los yacimientos de YPF de desconocer la conciliación obligatoria dispuesta por las autoridades laborales y profundizar desde hoy las medidas de fuerza que ya generaran problemas de abastecimiento de combustibles en Chubut y Santa Cruz, y que podrían extenderse al resto del país en los próximos días.
Además se amenazó con extender a partir de mañana el paro a los yacimientos de Tierra del Fuego y disponer el corte en la inyección de gas desde la región si no reciben una respuesta concreta de la empresa sobre su reclamo específico y la reincorporación de los trabajadores despedidos.
En tanto, ayer se profundizó la toma en la planta de Terminales Marítimas Patagónicas (Termap) con el ingreso de las familias del personal, donde hoy está previsto un acto por el día del trabajador petrolero.
La toma de esa planta, dispuesta el miércoles pasado, forzó también la paralización de la producción en los yacimientos de las empresas Pan American y Oxy, debido a que no pueden almacenar el petróleo en la planta ocupada por los trabajadores.
Desde YPF admitieron ayer que la situación en la Patagonia “está muy comprometida” y explicaron que las medidas de fuerza en Chubut y Santa Cruz mantienen paralizada el 30% de la producción total de crudo de la compañía.
Cuando en el día de hoy CGT y UIA se comunicaron para lamentarse de los hechos de violencia y la dificultad para negociar en esas condiciones, aunque no lo dijeron hacían el acento en el conflicto petrolero ya que el viernes se registraron actos de violencia en dos de las oficinas de YPF en Comodoro Rivadavia y en Chubut.
Con la toma de Termap la producción se vería totalmente afectada en las próximas horas porque se agotarían las reservas que tenían las operadoras, lo que comenzaría a provocar una afectación integral a toda la cadena petrolera, además de que la monoboya de Caleta Córdova se encuentra totalmente paralizada desde hace siete días.
Aunque los medios intenten tapar las luchas de la clase obrera y de los asalariados para intentar desviar el contenido de los reclamos, el resto de las luchas sociales ya instaladas se potenciarán a ritmos acelerados y fogonearán aún más un estado de ánimo de bronca generalizado. Los petroleros en su día marcan el devenir de los próximos acontecimientos políticos y sociales.