Santa Cruz: algunas enseñanzas


En las últimas semanas hemos analizado permanentemente el conflicto que existe en la provincia de Santa Cruz. Todos los días nos llegan noticias de cómo se desarrolla este proceso por demás importante.

Sin embargo a las fuerzas políticas revolucionarias nos cabe compartir una serie de ideas sobre esta confrontación, para tratar de nacionalizar lo que toda la burguesía quiere focalizar, con la intención de aislar y golpear.

En esta oportunidad  queremos destacar que la nacionalización del conflicto ya está dada por lo actuado por los petroleros, los docentes y el pueblo Santacruceño.

¿Pero, qué hechos concretos provocan esa nacionalización?

¿Qué cuestiones son de destacar  a  la hora de pensar en la lucha por el poder?

Ambas preguntas nos llevan a elevar el nivel de la cuestión coyuntural  a una cuestión estratégica y poder volver al conflicto mejor armados.

En Santa Cruz las instituciones de la burguesía, tanto nacionales como locales perdieron la ofensiva política, se encuentran divididas y las iniciativas políticas que toman están severamente cuestionadas. Los petroleros, los obreros de la construcción, los docentes y los pueblos movilizados provocan situaciones  políticas inestables en las filas de la burguesía, como las mencionadas y, a la vez, desde la unidad en la lucha, con metodologías de democracia directa van creando una institucionalización de las fuerzas y del movimiento de masas.

Este fenómeno Santacruceño pone de relieve un elemento político determinante  que los revolucionarios denominamos doble poder. Se necesita una síntesis en ese sentido para ir asimilando que la lucha por el poder no es algo especial o de teoría revolucionaria en abstracto.

El doble poder se está presentando de diferente forma en todo el país, existe un común denominador que es que lo que viene de arriba no se lo tolera, no se les cree, las instituciones del sistema son rebasadas por luchas o por reclamos, por abajo se van creando diferentes tipos de organizaciones que van tomando en sus manos las soluciones fundamentales o son la garantía para que ellas se ejecuten.

Las metodologías de lucha y de organización son variadas, pero todas expresan la confianza en las propias fuerzas movilizadas de la gente.

Es sobre esta realidad que se presenta de mil formas, todas con presencia de una gran fuerza popular, que las ideas de la revolución social deberán fluir para elevar la calidad del enfrentamiento, elevar el contenido y el sentido de la lucha, el por qué de la misma.

El proceso Santacruceño es nacional, nos está mostrando el devenir de los futuros enfrentamientos que se irán dando, es desde allí que hay que valorizar los caminos que se han tomado para enfrentar a los monopolios y a las instituciones que hoy por hoy no saben que rumbo político tomar.

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