Hemos afirmado en múltiples oportunidades que los gremios se han convertido en empresas y que, como tales, están al servicio de los intereses monopolistas y en contra de los trabajadores.
Una nueva iniciativa que está pergeñándose, reafirma más aún lo que venimos diciendo. Se trata del proyecto de creación de las asociaciones mutuas entre empresarios y gremios, para cumplir las funciones que hasta el momento desempeñan las ART (Aseguradoras de Riesgo del Trabajo).
Con el acuerdo de la CGT y la UIA, el gobierno viene trabajando en un decreto que daría a conocer después de las elecciones de octubre, “para que no se interprete como una medida electoralista” (¡?) según habría manifestado la presidenta.
Estas asociaciones mutuas serían las nuevas aseguradoras que “cubrirían” los accidentes laborales de los trabajadores. En el más fácil idioma criollo, se trata de empresas aseguradoras formadas por los gremios y los patrones.
El beneficio económico para los patrones es que se reduciría el costo de los seguros, pues pagarían en forma directa las cuotas al gremio, eliminando así lo que hoy son las comisiones a las ART. Los empresarios consideran que los precios actuales de las ART son muy elevados, lo cual vienen reclamando desde hace mucho tiempo y forma parte de su estrategia de reducción del costo laboral. Las mutuas quedarían exentas del impuesto a las Ganancias, a la Ganancia mínima presunta y el impuesto al cheque, y podrían ser exceptuadas de tributar por IVA.
El beneficio económico para los Gremialistas es la recaudación por el cobro de dichos seguros que los patrones pagarán y la carta blanca para disponer, en forma inmediata, de mayor masa de capital para sus negocios personales y empresariales. Además, la creación de estas empresas mutuas estrechará y profundizará aún más la relación de los sindicalistas con los grandes monopolios y demás empresas.
El beneficio político para ambos, y para el gobierno de Cristina quien reconoce que la medida es para abaratar el costo que actualmente representan las ART para los empresarios, es mostrar una “unidad” de intereses entre trabajadores y patrones y, con ella, pretender la disminución de conflictos generados por los accidentes laborales. Prácticamente se marcharía hacia la eliminación de la opción, por parte de los trabajadores, al reclamo por la vía de la justicia civil, herramienta que se utiliza cuando la ART actual no responde en tiempo y forma a la indemnización que debe a los trabajadores por un accidente y/o enfermedad profesional.
El “beneficio” para los trabajadores, es asociarse a los patrones en las pérdidas, y la eliminación de herramientas prácticas y legales contra las pérdidas ocasionadas por los accidentes laborales y enfermedades profesionales. Pero las “ventajas” no se agotan allí.
El pozo de recaudación económica de donde saldrán los recursos para afrontar los accidentes laborales y enfermedades profesionales no será otra cosa más que el formado por la contribución de los trabajadores al sindicato, con lo cual, seguramente habrá que incrementar la cuota de descuento en los recibos de sueldo.
Así, el capital de riesgo para los empresarios es cero. El único aporte empresarial será una cuota más baja que la cuota mensual que hoy pagan a los seguros de ART. Otra perla para el trabajador es que en el caso de accidente, incapacidad, enfermedad profesional y otras consecuencias derivadas del trabajo, a partir de las mutuas, ya no contará con el médico gremial para lidiar contra el médico de la ART, ahora deberá someterse a lo que dicte el médico quien defenderá el interés empresario gremial.
Además, legalmente, siendo el pozo recaudador producto del mayor aporte de los trabajadores, los empresarios se liberarían de su responsabilidad económica para el caso de juicios laborales que serán así afrontados por los gremios, poniendo en peligro los fondos sindicales.
Asimismo, para un trabajador, política y socialmente, no es lo mismo iniciar un juicio contra sus patrones, que hacerlo contra su sindicato. No porque se considere que el gremio es de los trabajadores, ya hemos afirmado lo contrario, sino porque el fondo de recaudación es formado por el aporte de los trabajadores.
Estos son apenas unos puntos que evidencian una nueva trampa para el pueblo. No hay ningún interés mutuo entre trabajadores por un lado, y empresarios, CGT y gobierno por el otro. Se trata de intereses opuestos entre clases opuestas.