Es común (e indignante) por estos días ver en diarios y la televisión cómo actuales gobernadores e intendentes salen a inaugurar y a prometer otras inauguraciones para el futuro de sinfín de obras públicas.
La zona norte del gran Bs. As. no es la excepción. Cariglino, en Malvinas Argentinas; Massa, en Tigre; Amiero, en San Fernando; Guzmán, en Escobar y así todos ellos, en cada uno de los partidos, salen en estos días a inaugurar obras con el único objetivo de llenar, con algo, la campaña electoral, buscando un voto, y extorsionando a la población con “las obras futuras”.
A modo de ejemplo, Posse, en San Isidro, estrena una nueva sala de quimioterapia en el Hospital Municipal Ciudad de Boulogne; Massa, en Benavídez, da comienzo al saneamiento hidráulico del Arroyo Lola; Amiero, una plaza en el barrio Mil Viviendas de San Fernando, etc., etc. y más etc.
Subestiman el sentir del pueblo y la capacidad de éste de darse cuenta de sus maniobras electorales. Los verdaderos problemas, como la falta de una buena educación, garantizada salud, buen transporte público y tranquilidad, entre otros, lejos están de resolverse y ningún interés ponen estos gobiernos serviles de los monopolios en su solución.
Ellos no dejan de ser títeres de los monopolios que, como en todos lados del país, gobiernan para sus intereses. A las grandes empresas nunca les faltan electricidad y agua, están exentos de impuestos, trasladan sus mercaderías por nuevas rutas y vías ferroviarias, y tienen subsidios de todos los colores… Mientras que de este lado de la vereda, siempre nos piden más esfuerzo y paciencia…
Pero ya no engañan a nadie con los mismos métodos que desde hace décadas. Si quieren inaugurar algo, que lo hagan y lo sigan haciendo (seguro que lo han tenido que hacer por la presión que los aprieta desde abajo), porque desde el pueblo seguiremos luchando para solucionar nuestros verdaderos problemas y ya asumimos que por más que nos llamen a votar cada 4 años eso no nos sirve; movilizándonos y organizándonos es la única forma de solucionar nuestros problemas.
Desde un semáforo en una esquina, un asfalto en algún barrio, hasta un aumento salarial en una fábrica, todo se gana con la presión y la lucha de todos.
Poniendo por delante las necesidades y aspiraciones que tenemos como pueblo, cansados de toda esta politiquería barata, haciendo pesar un proyecto revolucionario que unifique todas las fuerzas y nos brinde una verdadera posibilidad de que construyamos un futuro digno para todo el pueblo.