Competitividad es la palabra clave que determina la “sintonía fina” a la que se refirió la presidenta en su discurso en la UIA. No había mejor escenario que haber reunido a la crema y nata de la burguesía monopolista para lanzar con todas las letras por dónde viene la “profundización” del modelo.
Los planes empresariales para el año próximo son seguir aumentando la productividad en la industria, pero haciendo énfasis en los costos. Y cuando la burguesía habla de costos, los trabajadores debemos saber que se refieren a los salarios, a los ritmos de producción, a las condiciones laborales.
Durante todos estos años, el crecimiento económico ha sido constante, con el consiguiente aumento de las ganancias de los monopolios. Pero al mismo tiempo, los reclamos obreros también fueron en aumento, tanto en cantidad como en las demandas. Los sucesivos “techos” salariales planeados por la burguesía fueron derribados por la lucha; ellos necesitaban y necesitan una clase obrera sumisa y que se resigne a trabajar y a agachar la cabeza. Lejos de esa necesidad, los trabajadores hemos recorrido un camino que no sólo logró aumentos, sino que también profundizó la organización independiente y que rompió los corsés de los sindicatos traidores, llevando adelante la lucha con las nuevas vanguardias a la cabeza y garantizando la defensa verdadera de los intereses obreros.
Para que los planes monopolistas funcionen, se necesita que la clase obrera desandemos ese camino y ahora aceptemos que debemos trabajar más para ganar menos. Este es el núcleo del enfrentamiento que se viene, sumado a la lucha que el movimiento de masas en general presentará contra los ajustes que se han puesto en marcha.
Ya no debe ser entonces una pelea fábrica por fábrica; los trabajadores necesitamos ampliar la unidad de clase para enfrentar en el terreno político los planes burgueses y, al mismo tiempo, generar el proyecto que agrupe al resto de las luchas del pueblo para comenzar a tener una verdadera oposición política al régimen. La lucha política está entonces a la orden del día.
La importancia de avanzar en la conformación del movimiento revolucionario y el movimiento obrero revolucionario se pone en el primer plano de las necesidades para continuar avanzando.
No debemos ceder al chantaje ni a los cantos de sirena de la burguesía. El modelo es de ellos, no nuestro. Lo nuestro se encuentra en lo que construimos cada día en la lucha y en la movilización irreconciliable contra el enemigo de clase. Y en enarbolar un proyecto de país para todo el pueblo argentino