La subestimación de la oligarquía financiera y su gobierno hacia el pueblo, no tiene límites. Pero estos escupitajos para arriba, indefectiblemente caen sobre sus propios rostros.
Es tan increíble como inconcebible el circo armado sobre el cáncer de la presidenta, que no merece mayores análisis sobre la profesionalidad de los médicos que la atienden o los estudios previos que le hicieron y que resultaron en el diagnóstico conocido.
Es claro que se trató de una pantalla armada para intentar distraer la atención.
Sobre la indignidad y la moral burguesas sabemos mucho los argentinos por haberlas padecido en nuestros propios cueros.
La intensificación de la lucha de clases y la perspectiva de su profundización a las puertas de los tarifazos, las discusiones paritarias y todas las medidas abundantemente comentadas en esta página, llevaron a una jugada defensiva desesperada: intentar el golpe bajo que generara lástima o sentimientos de compasión hacia la figura presidencial.
Esta es una muestra extrema de esa debilidad política sobre la que venimos insistiendo, y que nos determina a profundizar nuestro accionar centrado en la movilización, la organización y la profundización de la lucha para frenar el ajuste, hacerlos retroceder, profundizarles su crisis y estar en mejores condiciones para enfrentar los futuros pasos que tenemos por delante en el camino de la revolución.