Durante las últimas horas y haciendo gala de su inagotable “creatividad”, el gobierno de los monopolios viene tratando de imponer en la agenda política algunos temas con los que presume retomar seudo banderas nacionales, para ver si logra motivar a alguien detrás de sus nuevos chamuyos.
Al margen de lo que en política pueden denominarse como iniciativas, hay que decir que las mismas las toma desde una posición totalmente defensiva para la burguesía; ya que tanto “la causa Malvinas” como “la reestatización de YPF” son dos temas que se pretenden absurdamente imponer desde arriba, que nada tienen que ver con los problemas y las preocupaciones reales de millones de argentinos.
Todo muy nacional en los discursos de la señora presidente pero –sin pretender entrar a fondo en este artículo en el actual desarrollo monopolista del capitalismo en nuestro país y en el papel del Estado al servicio de las multinacionales- el país real, padece a diario las consecuencias de sus políticas y del tremendo ajuste que ya despunta por todos lados.
Justamente, para aquellos que llenan páginas y páginas, horas interminables de radio y televisión, portales web o lo que sea con estos debates vacíos de todo, hay otras “noticias” (malas noticias para la gente “común”) que pasan prácticamente desapercibidas.
En el día de ayer, utilizando las facultades ilimitadas que tiene en este gobierno, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, autorizó a la industria láctea un nuevo aumento de precios en productos básicos, que van entre un 7 y un 18%. Está claro que esa suba se aplicará al precio de los lácteos a la salida de fábrica, lo que implica que cuando lleguen a las góndolas los incrementos serán mayores.
Como al pasar, también están al borde de autorizar nuevos aumentos en las cuotas de medicina prepaga, que directamente irán a parar como mayores gastos para los afiliados.
En el país real, hay también una provincia que se llama Córdoba, en donde en estos días ha habido importantes protestas callejeras e incidentes debido al rechazo popular en contra de la aprobación por parte del Concejo Deliberante de un aumento del 28% en el boleto del transporte urbano de pasajeros, que pasará a costar 3,20 pesos. Además del aumento en la tarifa de los colectivos urbanos, el Concejo aprobó una suba, también del 28%, en el transporte diferencial o de media distancia, que pasará a costar 6 pesos con 40 centavos.
Hay que señalar que estos aumentos no son patrimonio de la provincia mediterránea. Esto se da en el mismo mes en que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (que también forma parte del país real) aprobara una suba del 127% en el boleto del subte. Además, como ya está claro para todo el mundo gracias al anuncio del gobierno nacional, a partir de mañana viernes, los porteños que no tengan la tarjeta SUBE pagarán una tarifa mayor en trenes y colectivos. Y seguramente los que la tengan pero no “califiquen” como “subsidiados”, también.
Y lo que no hace falta recordar -porque ya lo estamos padeciendo en las boletas que llegan a nuestros hogares- es que bajo el tan promocionado slogan del gobierno de los monopolios, que habla de “quita de subsidios”, se encubre un aumento imparable en los servicios públicos de electricidad y gas. Más el aumento del impuesto de Rentas, ABL, y cualquier otra cosa que uno haya pagado en diciembre y vaya a pagar ahora…
Este es el país real, señores gobernantes, por más que ustedes intenten taparlo con nuevas cortinas de humo “nacionales y populares”…
El país real que millones de argentinos ya no queremos continuar padeciendo, rompiéndonos el lomo 12, 14 o más horas fuera de nuestras casas y lejos de nuestras familias, para que la plata alcance cada vez para menos.
Pretender negar esto es como querer tapar el sol con un dedo.