MCC-Minera Sierra Grande está ubicada en el extremo sur de la provincia de Río Negro, formando parte del Departamento San Antonio. Este monopolio cuenta principalmente con capitales de origen Chino y explota nuestro territorio desde el año 2006. Su objetivo principal es la exportación de hierro a China, para lo cual realiza grandes embarques: el primero a finales de 2011 y el último hace algunos días atrás.
Los antecedentes recientes de esta entrega datan del año 1991, en donde se cerraron las puertas Hispasam, empresa que llegó a ocupar a 1.500 trabajadores durante casi dos décadas. El Gobierno provincial creó en 1993 Hiparsa con la intención de “volver a poner en marcha” la mina más grande de Sierra Grande. El negocio se cerró en el año 2006 –en pleno gobierno K- con la tan promocionada “asociación estratégica con capitales chinos” que puso en marcha el yacimiento en manos de este monopolio. En la actualidad MCC emplea poco más de 300 personas.
En referencia al reciente envío de hierro a China, la empresa señala que “hasta el momento todos los equipos relacionados con el operativo siguen respondiendo de manera altamente eficiente, juntamente con el personal humano”; dejando en claro cuáles son sus prioridades.
Como así también, su enorme conformidad, porque “con este segundo envío se podrá comenzar a devolver a los inversionistas, una parte de todo lo invertido en el proyecto Sierra Grande.” Peculiar concepto ya que si tenemos que devolver es porque deberíamos algo, cuando en realidad lo que están llevando adelante es un brutal saqueo de un recurso estratégico para nuestro país, por el cual sólo nos dejan migajas… en el mejor de los caso.
Pero en este marco de prósperos negocios para la minera multinacional, no todo son rosas. La semana pasada, en medio de toda esta movida y como manotazo de ahogado, despidieron a cuatro trabajadores «sin causa»; lo que fue denunciado públicamente como una persecución, debido a una serie de reclamos que venían realizando.
La medida de fuerza, relacionada con diversas demandas laborales, denuncia además la complicidad del gremio, que frena permanentemente los reclamos de los mineros.
Por eso cortaron el acceso a la planta y obligaron a que el Gerente General de la compañía, Chen Qifang recibiera sus demandas.
Los trabajadores paralizaron las actividades de la empresa y designaron en asamblea a sus representantes, quienes participaron de la audiencia con los patrones, mientras el conjunto esperaba los resultados. Pasando por encima al sindicato cómplice y en este contexto, a MCC no le quedó otra que ceder, hubo “acuerdo” entre las partes sobre los reclamos, además de que se anulaban los despidos y que no se iba a tomar ninguna medida disciplinaria.
Una vez más, el único freno que encuentra la voracidad monopolista es la firmeza de la lucha y la organización obreras, que continúan su marcha ascendente en pos de conquistar lo que nos pertenece y la dignidad que estos parásitos pretenden continuar robándonos.