El daño y la perversidad de este sistema

Es una característica principal de la época que nos toca transitar, la de un capitalismo planetario que nos es vendido como el sistema que llega a cada rincón del mundo para llevar el bienestar y el progreso a los pueblos. Sin embargo, la crisis mundial que vive este sistema, y que golpea fundamentalmente a los pueblos del mundo, lo que deja en claro cada día es que la globalización capitalista globaliza el daño y la perversidad del sistema.

Mientras tanto, la burguesía monopolista mundial y sus gobernantes se dedican a diseñar los ajustes y los planes que “resuelvan” los males que ellos mismos provocaron, intentando sumir  a los pueblos en más miseria y desprotección. Pero al mismo tiempo las corporaciones trasnacionales no dejan de seguir amasando fortunas multimillonarias y escandalosas, al lado del crecimiento de la pobreza de millones de seres humanos, ya no solo en los países llamados “emergentes”, sino también ahora en los países denominados “centrales”.

Esta “fórmula” de riqueza para unos pocos y pobreza para millones es el carácter esencial del modo de producción capitalista, el que se acentúa aun más en la época del capitalismo monopolista de Estado. Los monopolios trasnacionales, verdaderas corporaciones mundiales que se han hecho dueños y señores de los estados y, en mucho casos, son un estado en sí mismo, determinan las políticas a llevar adelante en cada país o región en función de sus intereses y utilizando todas las herramientas de los aparatos estatales para tales fines. Operan en el mundo borrando todo tipo de fronteras y escollos “institucionales”, logrando de ese modo esquivar los efectos de las bonanzas o las crisis de la economía en tal o cual región del planeta.

Así sucede con Telefónica S. A., empresa con sede en España, que en su balance del período 2011, informa que sus negocios en el mundo van viento en popa, mientras el pueblo español sufre los efectos de la crisis mundial que en ese país se hace sentir con particular crudeza. Las ganancias del grupo en el año 2011 ascendieron a 5.403 millones de euros. Mientras en España las ganancias de la compañía cayeron drásticamente, el diario El País informa que la repatriación de fondos desde Latinoamérica en el año 2011 fue de 3.074 millones de euros, lo que representa casi un 45% de aumento respecto de 2010 y es una parte sustancial de los beneficios que la empresa obtuvo a nivel mundial.

El lunes 2 de abril  pasado, la empresa Movistar, perteneciente a Telefónica, dejó sin servicio a sus más de 16 millones de clientes; un ejemplo más de la creciente lucha intermonopolista que está al rojo vivo en nuestro país, y que incluye las modificaciones en el BCRA, las “estatizaciones”, el cierre de importaciones, etc.

En el caso de Movistar, y como en otras oportunidades, las explicaciones son nulas y el gobierno amenaza con “sanciones” cuando ya no puede más mirar para otro lado. Las quejas acerca del servicio son cotidianas, hasta que un día todo el país se queda sin el servicio, entonces allí las autoridades hacen como que  “actúan” y “controlan” lo que antes nunca controlaron.

El que debe ser controlado es, en realidad, el que manda y el que fija las reglas, teniendo para ello el servicio de funcionarios, ministros, lobbystas, legisladores, etc. Así también pasa con los transportes (tragedia de Once, reciente y dramático ejemplo de la desidia y el uso por parte de los monopolios del Estado), con nuestros recursos naturales (minería a cielo abierto, petróleo, etc.) y con todo lo que los monopolios se apropian en su exclusivo beneficio y para lo cual cuentan con gobierno y Estados a su pleno servicio.

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