
La política de “sustitución de importaciones” anunciada por el gobierno nacional es una verdadera reconversión de la política de producción de bienes que los monopolios trasnacionales han dictado en función de sus necesidades de producción a nivel planetario. La industria automotriz hace punta en esta política, acompañada por otras ramas como la minería.
En el año 2002 los salarios en China, por ejemplo, eran 230% más bajos que en América latina; en 2010 eran solo 14% más bajos. Parecidos procesos suceden en otros países asiáticos como la India o Vietnam, lo que está acentuando la migración de muchas ramas de la industria hacia América, incluido Estados Unidos.
En este marco encaja la “decisión” del gobierno kirchnerista de sustituir importaciones. Producir aquí lo que antes se producía en otros lugares del mundo, persigue el único fin de bajar los costos de producción de las empresas; lo que antes salía más barato producir en China o la India, hoy sale más barato producirlo aquí, entonces la decisión política de instalar plantas, con los beneficios y subsidios otorgados por el Estado.
Es una política de sustitución de mano de obra, no de importaciones; lo que sale más barato producir en otro lugar seguirá del mismo modo, en el marco de la competencia intermonopolista mundial.