El último sábado los trabajadores petroleros de Pico Truncado, Caleta Olivia, Koluel Kayke, Las Heras, Cañadón Seco y Río Gallegos, al pie del “Bridasaurio” en Pico Truncado, Santa Cruz, en asamblea multitudinaria, resolvieron al grito de «Federación, Federación, se va a la p…q…l…p…» desconocer la actual intervención de la Federación Argentina Sindical del Petróleo y restituir a la dirección del gremio a la comisión directiva provincial intervenida, dando plazo hasta el próximo miércoles para el cumplimiento de su exigencia, de lo contrario habrá paro en la región.
Una ves más los trabajadores privilegiaron la unidad, mas allá de la presencia de elementos probadamente extraños a los intereses de los trabajadores, para así reconquistar los derechos políticos avasallados por la oligarquía financiera y los funcionarios gubernamentales y sindicales de turno.
La iniciativa pone la pelota en lado burgués y sus gobiernos, en el marco de la generalizada apatía y descreimiento de que la llamada “nacionalización de YPF” –mejor dicho reprivatización – vaya a resolver los problemas de los trabajadores y de los pueblos petroleros que se organizan y se disponen a dar pelea en todos los frentes.
El gobierno no encontró mejor respuesta que la que da la ministra de seguridad Nilda Garré movilizando a la gendarmería bajo la excusa de “posibles atentados a los pozos petroleros” a causa de una explosión ocurrida el pasado miércoles, en el Huemul que dejó dos obreros heridos pertenecientes a la empresa Lufkin.
Por esto, en la asamblea, se habló de unidad con el resto de los trabajadores –privados y estatales- para enfrentar los ajustes y los reclamos políticos y sociales.
Esto atemorizó al gobernador Peralta y la intervención de YPF poniendo, aún más, en defensiva, a toda la burguesía monopolista, frente a la iniciativa política que les escupe el asado en plena “fiesta” de “nuevos negocios” y nuevas “comisiones” y nuevos puestos políticos para “amigos”.
La decisión de la asamblea de pasar a la lucha por los derechos políticos de los trabajadores petroleros da vuelta una nueva página en la lucha de clases en la región petrolera abriendo así la posibilidad de la generalización de la conflictividad en la provincia, lo cual tendrá su repercusión en el resto del país.