“Sintonía fina”: ¡Otro mamarracho y van…!

  • Huelga de metalúrgicos (260.0000 obreros)
  • Petroleros
  • Trabajadores del puerto de Rosario
  • Bloqueo de camioneros
  • Bancarios
  • Alimentación (80.000 obreros)
  • Aerolíneas Argentinas
  • Conflictividad masiva en Santa Cruz

En el día de ayer la Presidenta hizo un encendido discurso retando “por igual” a empresarios y “sindicalistas”.

La señora está entendiendo (aunque no lo diga) que el escenario al que se está enfrentando nada tiene que ver con sus empresarios y sindicalistas.

En el día de ayer  enumeramos la conflictividad de la jornada y de las luchas más grandes y de cómo su agravamiento le hace decir cosas (en un tono de nerviosismo) que ella sabe, al igual que los monopolios que la sostienen, que nada tiene que ver con la superestructura y  las instituciones del Estado, sino que en definitiva las bases, la clase obrera, los asalariados y todo el pueblo en general no están dispuestos a dar un solo paso atrás de años de luchas y conquistas.

En un párrafo de su discurso, en un marco de movilizaciones y que no fue destacado por la prensa burguesa de ningún color la presidente dijo: …“se dejó a un costado la etapa de «sintonía fina» es decir no se continuará con la eliminación de subsidios dado que, para el Gobierno la defensa del mercado interno y el empleo es prioridad”.

La presidenta reconoce  que le duró muy poco la “sintonía fina”, o mejor dicho un intento de ajuste de cuentas contra el pueblo. Es que el estado de lucha y enfrentamiento popular no les permite salirse de los libretos de engaño tan fácilmente. Años y años de  conquistas van fogueando no sólo a centenares de miles cotidianamente, sino que van poniendo sobre la mesa y sobre la base del enfrentamiento la necesidad de una salida política a circunstancias que se avecinan como dramáticas.

La señora presidenta y su séquito de obsecuentes están sintiendo que ha comenzado una etapa en donde confluyen la lucha por conquistas con la lucha política revolucionaria. Que la cosa trasciende ya el fracasado intento de una paritaria nacionalizada en el 18%, de una “sintonía fina” mal nacida, sino que ella está sujeta a nuevas expectativas políticas revolucionarias que vienen de las entrañas más profundas de nuestro pueblo.

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