«Caos” y “la casa NO está en orden” son quizá las expresiones más adecuada para definir el empantanamiento político de la burguesía, su gobierno y toda su superestructura política, frente al sostenido crecimiento de la movilización, lucha e irritación social que no les permite avanzar con el mandato, por parte de los monopolios, de explotación y despojo necesarios para salir de su crisis política y económica global.
A los innumerables conflictos en el ámbito de la producción abarcando un gran abanico de actividades industriales, como metalúrgicos, alimentación, textiles, químicos, ocurridos en el último mes en distintos y más variados parques y zonas industriales como Bahía Blanca, Gualeguaychú, Tandil, Tierra del fuego, Córdoba, Buenos Aires, etc., se suman la prolongada lucha de los petroleros en el golfo de San Jorge por sus derechos políticos, los ya 40 días de paralización del puerto de mar del plata involucrando a casi 7000 trabajadores en el conflicto en todo el complejo industrial de la región, la lucha de los trabajadores del complejo agroindustrial exportador desde el gran Rosario hasta Bahía Blanca, la lucha y movilización de los trabajadores de los estatales nacionales, provinciales y municipales, de la salud, la educación y la justicia, el permanente rechazo y movilización de los pueblos contra la mega minería, la contaminación y por la vida.
La pérdida de la batalla política del régimen por el “control de las calles” en manos de los trabajadores y pueblo movilizado, hacen que hoy sean ya decenas de miles los trabajadores y pueblo en general que han pasado por algún tipo de lucha, movilización o protesta.
Con esta nueva situación que presenta la lucha de clases la tendencia hacia la profundización y extensión del auge de masas se reafirma y consolida, sintiéndose ya, aires de cambios y revolución.
A toda la tarea que viene desarrollando la vanguardia en construcción de la unidad necesaria para el desarrollo del proyecto revolucionario es indispensable y urgente sumarle la más generalizada difusión en las más amplias masas de los tiempos de revolución que se avecinan y las posibilidades de cambios que se abren.
Llevando adelante estas tareas, las vanguardias estaremos un paso por delante para que la creciente determinación revolucionaria de los trabajadores y el pueblo se encaminen hacia la toma del poder.