Este martes por la noche decenas de miles de personas recibieron a los mineros de las cuencas de Asturias, León, Palencia y Aragón que comenzaron su caminata el 22 de junio, en el marco de una huelga indefinida por la defensa de los puestos de trabajo y contra la represión de las fuerzas del gobierno.
Durante la caminata, el pueblo español ha salido a las calles en cada pueblo por el que pasaban los mineros, con muestras de solidaridad de todo tipo y con una consigna que crece: La lucha minera es la lucha de todos.
La llegada de anoche a Madrid fue la ratificación de esta consigna; los trabajadores de la sanidad, de la educación, los afectados por las hipotecas impagables que están perdiendo sus casas todos los días, jubilados han acompañado a los mineros en su entrada a la capital española con una consigna clara: “Madrid obrero saluda a los mineros”.
Hoy miércoles, a las 11 de la mañana, mientras el presidente Rajoy anuncia nuevos recortes e impuestos que afectan a los sectores populares, la marcha minera enfilará hacia el Ministerio de Industrias para ratificar que la lucha sigue y que la soberbia demostrada por el gobierno ha aumentado aun más la decisión de combate de los trabajadores de la mina.
Y, fundamentalmente, para mostrar en las calles la unidad entre las reivindicaciones mineras y las del resto del conjunto de los trabajadores y pueblo español, unidad que viene creciendo y aumenta la capacidad de enfrentamiento contra las medidas que intentan hacer pagar la crisis capitalista a los de abajo.
Y también será la ratificación de que las burguesías en el mundo van en una dirección en la que, inevitablemente, encuentran la decisión y la firmeza de las luchas de los pueblos. Este proceso está abierto en el mundo y apunta a seguir consolidándose, lo que abre épocas de agitación social y política donde el tema de la revolución gana cada día más terreno para las masas desposeídas.
El grito de los mineros españoles, “Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra” es un grito de lucha que abarca todo el planeta y los pueblos, cada día que pasa, lo hacen efectivo.