La aspiración a una vida digna une todas las luchas del país

Luchas por aumentos de salarios.

Luchas por mejores condiciones de trabajo.

Luchas exigiendo seguridad.

Luchas por una mejor educación.

Luchas por la defensa del medio ambiente contra la contaminación y el envenenamiento del agua y la tierra que habitamos.

Reclamos contra los aumentos de precios.

Reclamos por un sistema de transporte colectivo eficiente y cómodo.

Reclamos por jubilaciones miserables.

Reclamos por un servicio de salud para todo el pueblo.

Reclamo por la falta de justicia.

Reclamos y ocupaciones de terrenos por un lugar y una vivienda para vivir.

Estas y otras más son las demandas diarias de las grandes mayorías que pueblan nuestro país y que generan la riqueza social.

El Estado y su gobierno de turno no han venido dando respuesta a ninguna de las luchas y reclamos que plantea la población. Por el contrario, el dinero que el Estado ha recaudado producto de nuestro esfuerzo, se viene utilizando para subsidios a los monopolios. Se han dictado leyes y se han generado mecanismos financieros y económicos para sostener e incrementar ganancias, tales como préstamos para consumo a tasas de interés altísimas. Se vienen otorgando facilidades a capitales de todo el mundo para invertir y realizar negocios en el país, etc. Y todo eso con el verso de que a futuro nos beneficiaremos todos, pero ese futuro nunca llega.

En vez de mayor libertad y democracia, nos vienen respondiendo con más opresión y autoritarismo que hace insoportables nuestras vidas.

Sin embargo, vienen sucediendo una suma de acontecimientos que obligan a los monopolios y su Estado a retroceder en varias de esas medidas. Las luchas han arrancado conquistas que ellos se vieron obligados a otorgar.

Es que hemos llegado a un punto en que la presión y la ofensiva popular por lograr conquistas es tal que los obliga a retroceder en sus pretensiones. Los intentos por plantarse y reprimir les han generado más odio y han incrementado las luchas del pueblo.

El punto que alcanzamos en la lucha de clases se caracteriza porque nosotros, las masas obreras y populares ya no estamos dispuestos a seguir soportando tanto oprobio y humillación y ellos, los monopolios financieros y el Estado y su gobierno a su servicio, no pueden sostener la situación como hasta hace poco lo hacían. Pues se ven obligados a retroceder y otorgar lo que les arrancamos con las luchas.

Pero debemos saber que esto no es suficiente. Esto sólo nos confirma el camino a seguir.

Por eso el camino de la lucha y la conquista debe ser transitado con el objetivo de lograr una vida digna para las mayorías populares. La aspiración a una vida digna es lo que unifica todos los reclamos y las luchas a lo largo y ancho del país.

Pero esa vida digna no la encontraremos en este sistema capitalista, pues una y otra vez, la burguesía monopolista volverá a intentar licuar y deshacer cada una de las conquistas logradas.

Es necesario unir en un solo haz la aspiración de lograr una vida digna para las mayorías populares, hacerlos retroceder, conquistar el poder y tomar en nuestras manos el destino de nuestro país para hacer realidad el sueño común.

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